Nuestra canción.

Capitulo 1

NATALIA

Por fin estoy de vuelta a casa, hoy ha sido un día agotador. Hemos tenido problemas con la cámara y se nos ha retrasado muchísimo el trabajo. Tenemos que entregar el corto el lunes y aún no estáeditado, pero lo peor es que el profesor es muy exigente, por no decir que es gilipollas. Llevo todo el día esperando a que lleguen las 20h para hacer video llamada con Mikel. Él está de erasmus en Italia y no podemos hablar mucho, porque siempre está ocupado. Es cierto que últimamente discutimos más de lo normal y estoy un poco cansada de la situación. Pero pensándolo fríamente, es normal. Es rara la pareja que se mantiene intacta cuando uno de los dos se va de erasmus. Lo menos malo que puede pasar, es que discutamos de vez en cuando.

Entro en casa y no hay nadie. A estas horas mi compañera de piso, María, está trabajando. Desde que regenta un pub llamado Grafit con su novio Pablo, no hay quien la vea por casa. Me da pena porque a raíz de eso paso mucho tiempo sola, y esta casa no es ni la mitad de divertida sin María. Menos mal que hoy es el concurso para escoger al grupo que tocará cada viernes en el Grafit, así podré pasar un rato con ella. Me habría encantado presentarme, pero entre la universidad y el trabajo no me daría la vida para prepararme las actuaciones, asique decidí asistir simplemente de espectadora, a pesar de las insistencias de María.

Después de desprenderme de mis cosas y darme una ducha rápida me siento en el sofá. Ya es la hora y Mikel debe de estar esperándome. Saco el móvil.

-Mikel, ya son las 20h. estas?

No responde y veo que su última conexión fue hace tres horas. Empiezo a cabrearme, no es la primera vez que se le olvida que hemos quedado. Entiendo que esté distraído, al fin y al cabo está viviendo una experiencia en otro país, pero habría que ver lo que pasaría si la situación fuera a la inversa, teniendo en cuenta lo inseguro que siempre ha sido él conmigo.

Espero unos minutos, le envío un par de whatsapp más y al no recibir respuesta decido llamarle. No me lo coge asique paso y me hago la cena. Dentro de no mucho tengo que empezar a prepararme para ir al concurso. Cuando ya estoy cocinando, suena mi móvil. Al coger oigo a Mikel al otro lado del teléfono.

- Cariño, lo siento... te juro que no se me ha olvidado. Pero hemos salido a tomar una cerveza y estos me han liado. – En su voz se nota que está completamente borracho.

- Vale Mikel. – contesto seca.

- Podrías ser un poco más agradable, que últimamente estás de un rancio... - alucino. Siempre pasa lo mismo. No me enfado, porque realmente no pienso que tenga tanta importancia que salga a divertirse y se le pase llamarme. Pero entonces siempre aparece con alguna puya.

- Igual es que me sale ser así contigo.

- Pues que sepas que no vas a amargarme el erasmus. – dios, no sabe lo que dice... estoy segura de que mañana me llamará arrepentido. La rabia me corroe. Quiero gritarle, mandarle a la mierda. Decirle que todo lo que vi en él está desapareciendo por momentos. Pero no estoy dispuesta a seguir discutiendo, asique le cuelgo sin más.