María
- Dime Albi – contesto a la llamada entrante.
- María – está llorando e inmediatamente sospecho el motivo. Seguro que Natalia ya le ha contado todo.
- ¿Qué pasa cariño?
- Tienes que ir a buscar a Natalia – su respiración está descontrolada – no sé si está bien.
- ¿Cómo que irla a buscar? ¿Pero no estás tú con ella?
- No, Joan ha venido a buscarme.
- Joder... vale, no te preocupes. Voy ahora mismo.
Cuando cuelgo el móvil y me encuentro decidida a bajar al garaje a por el coche entra otra llamada, esta vez de Miki.
- Mary, ¿has hablado con Natalia?
- No. Voy ahora a buscarla ¿por qué?
- La he cagado tía... le comenté a Joan algo sobre Mikel y se lo ha contado a Alba. Llevo llamándola desde anoche pero tiene el móvil apagado– cierro los ojos y maldigo a Miki aunque no sea él quien tiene la culpa de todo esto - ¿por qué vas a buscarla? ¿No puede coger el coche?
- Alba me ha llamado diciendo que estaba preocupada, no estará bien.
- No me jodas... pasa a buscarme que voy contigo.
Paso a buscar a Miki y a toda la velocidad que me permiten los radares, conduzco hasta la casa rural en la que se encuentra Natalia. Me sé el camino porque cuando los padres de Natalia no consiguen alquilarla, solemos ir a pasar el fin de semana. Al llegar vemos que su coche sigue ahí. Nos bajamos a prisa y cuando llegamos a la puerta Miki toca el timbre y esperamos unos segundos en los que no recibimos respuesta. Nos miramos claramente preocupados y decido volver a llamar repetidas veces. Nada. Ni siquiera oímos el mínimo ruido dentro. Miki mira a través del cristal de la puerta intentando distinguir algo, pero niega con la cabeza.
- No la veo – aporrea la puerta con el puño cerrado repetidas veces - ¡Natalia! – grita.
No hay respuesta y yo me desespero. Me quito la chamarra y la sudadera, envolviendo la última en mi puño derecho ante la atónita mirada de Miki. Doy un puñetazo en el cristal de la puerta y cuando lo rompo meto la mano hasta alcanzar la manilla de la puerta desde dentro. La puerta se abre y los dos entramos corriendo. Encontramos una botella de vino vacía en la mesa del salón y otra empezada derramada en el suelo.
- ¡No me jodas! – exclama Miki.
Nos separamos para buscar a Natalia por toda la casa. Cuando llego al pasillo veo que la puerta del baño se encuentra entreabierta. La empujo para abrirla del todo y me encuentro a Natalia tirada en el suelo, abrazada a la taza del váter y manchada de vómito. Me agacho y cojo su cara.
- Natalia mírame – su mirada está completamente perdida.
- Soy una hija de puta – consigo entender sus palabras con dificultad, pero me alegro de que al menos sea capaz de habar.
- Vamos a levantarnos de aquí y limpiarte, y después si quieres hablamos de lo que eres o no eres – Miki aparece en la puerta.
- ¿Cómo está? – pregunta al vernos.
- Pues borracha como una cuba, empapada en vómito y deprimida, pero por lo demás de puta madre – contesto irónicamente. Esta situación me cabrea – ayúdame anda.
Miki la coge y la levanta del suelo con dificultad, pues todo su peso insiste en desplomarse. La sentamos en el bidé y empiezo a quitarle la ropa con intención de meterla en la ducha, pero el peso muerto de sus brazos me lo pone complicado. Finalmente, entre Miki y yo conseguimos desnudarla hasta dejarla en ropa interior, en ese momento Miki enciende la ducha y regula la temperatura. Después me anuncia que mejor me espera fuera y yo estoy de acuerdo. Le quito la ropa interior y la meto en la ducha.
- Lo siento – dice entre lágrimas.
No respondo. Estoy demasiado cabreada y no quiero contestarle mal en esta situación. En silencio y asegurándome de vez en cuando de que sus ojos siguen abiertos lavo su cuerpo y la envuelvo en una toalla. La visto con la ropa limpia que ha traído Miki de la habitación y la llevamos al salón, donde Miki ya ha limpiado la botella que había derramada. Nos sentamos en el sofá y se hace el silencio. Nadie dice nada, solo la miramos y ella sigue con la mirada perdida y tambaleándose.
- En cuanto te recuperes pienso darte una paliza – digo rompiendo el silencio.
Este capítulo es más corto de lo normal, pero lo compensaré con el siguiente.
¿Qué creeis que pasará ahora entre Alba y Natalia?
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Nuestra canción.
RomanceAlba y Natalia viven y estudian en Madrid. La música hace que se conozcan y tras descubrir el talento de la otra, deciden componer una canción juntas. Esto hará que se unan, construyendo una bonita relación de amistad y puede que algo más. Lo que e...