Capítulo 9

4.2K 184 10
                                    


Natalia

Es 22 de diciembre y las vacaciones de navidad acaban de empezar. Voy en el autobús camino de Pamplona para pasar esta época con mi familia. El día 31 volveremos a Madrid para pasar el año nuevo con mis tíos, que viven allí. Nunca me han gustado demasiado estas fechas, pero en fin, ahora es una buena excusa para poder viajar a mi tierra y ver a mi gente. Como de costumbre, hablo con Alba por whatsapp. Ella también está viajando a Elche.

- Me vas a echar de menos Pamplonica?

- Lo dudas?

- No lo sé, igual estas harta de mí. Últimamente no nos separamos.

- Y me encanta – me dejo llevar por la conversación sin pensar demasiado. – Oye, en nochevi vamos a ir al Grafit después de cenar. Va a ser un fiestón, deberías venir.

- No puedo... voy a estar en Elche.

- Escápate.

- Mi madre me mata.

- Jo, sería tan guay pasar el año nuevo contigo...

Y es cierto. Lo que me gusta de la navidad es el año nuevo, ya que es el único motivo de celebración real que veo. Por eso me encanta pasarlo rodeada de las personas que más me importan y sin duda Alba se ha convertido en una de ellas. Me doy cuenta de algo que me deja pensativa y dejo de contestar al WhatsApp. Simplemente miro por la ventana del autobús mientras escucho Billie Elish con mis auriculares y mi mente empieza darle vueltas a todo. Otra vez. Y es que he pensado en que me encantaría pasar esa noche tan especial con ella, y Mikel tan siquiera ha aparecido por mi mente. Me siento entre culpable y confundida. No entiendo por qué no he pensado en él hasta ahora. El año pasado estuvimos juntos y fue increíble lo bien que nos lo pasamos. Este año él está a más de 1500 km de distancia y yo solo pienso en estar con Alba.

El autobús llega a la estación de Pamplona. Cuando va quedando poca gente me levanto, cojo mi maleta y me bajo del bus. Mi padre tendría que estar esperándome con el coche. Lo busco con la mirada pero no le veo. Oigo una voz a mis espaldas.

- ¿Puedo ayudarte?

No me lo puedo creer. Es su voz. Es Mikel. Me doy la vuelta y me lo encuentro mirándome con una sonrisa de oreja a oreja. Sin pensarlo me abalanzo sobre él y le doy un fuerte abrazo.

- ¿Qué haces aquí loco?

- Ya ves, vengo a pasar la navidad. No aguantaba tanto tiempo sin ver a mi novia.

Al decir esto me besa y yo correspondo.

- ¿Por qué no me has avisado?

- Era una sorpresa mujer. Si quieres me voy e.

- Nooo – digo abalanzándome sobre él nuevamente. Realmente me alegro de verlo.

Nos montamos en el coche de mi padre, que nos estaba esperando a la vuelta de la esquina mientras Mikel me daba la sorpresa. Llegamos a casa y saludo a mi familia. No puedo estar más feliz de verles. Vivir fuera supone una libertad que no cambiaría por nada, pero estar lejos de ellos no me agrada. Estamos un rato con mi familia y Mikel me acompaña a mi habitación para ayudarme a vaciar mi maleta y colocar las cosas. Es extraño, pero después de todo, en este momento me siento como si todo fuera como al principio. Después de cenar en mi casa, salgo con Mikel a tomar unas cervezas y nos lo contamos todo. O casi. Me cuenta lo feliz que está siendo su estancia en Roma. Me dice que allí todo es bonito, que ha hecho amigos de todo el mundo, que las fiestas son increíbles y hay un ambiente artístico en toda la ciudad que me encantaría. Me propone ir a hacerle una visita algún fin de semana y no puedo evitar aceptar.

Entre conversaciones y bromas Mikel coge mi móvil, abre mi instagram y sube a mi historia un selfie de los dos en el que sale dandome un beso en la mejilla. En el momento me acuerdo de Alba y me preocupo un poco, pero la conversación con Mikel me distrae. Yo le cuento que en Madrid todo está igual que siempre; las clases, las salidas, el trabajo... le digo que nada ha cambiado desde que no está. Me pregunta por la música y no le menciono que una discográfica va a lanzar mi canción. No lo hago porque cada vez que pienso en hablarle de Alba, siento un miedo que hace que mi corazón se acelere y me paralice. Cuando el bar cierra decidimos ir a mi casa, ya que Mikel se va a quedar a dormir conmigo.

Entramos en mi habitación y al cerrar la puerta, Mikel me agarra de la cintura y me empuja contra ella besándome.

- ¿A dónde vas fiera? Que nos van a oír.

- No puedo más Natalia.

Vuelve a besarme apasionadamente. Yo correspondo y le quito la camiseta. Nos desnudamos sin parar de besarnos por toda la habitación y cuando llegamos a la cama hacemos el amor. Lo hacemos como antes, como solíamos hacerlo cuando todo era perfecto. Como si nada hubiera cambiado, como si no discutiéramos cada día, como si no dudara de lo que siento por él. Como si no me estuviera enamorando de Alba Reche. Durante ese rato, todo vuelve a ser como antes. Pero cuando acabamos no puedo sentirme más vacía.

Nuestra canción.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora