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Espero que hayan leído el capítulo 21 :'v. Y feliz Navidad.
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Lo que pasaba por mi cabeza no era más que Camila, necesitaba que estuviera bien, que no le pasara nada, que despertara y me pidiera ser su novia. Necesitaba ver sus ojos.

Había tráfico y nos estábamos tardando más de lo normal en llegar al hospital, o al menos así lo sentía yo.

La pequeña Sofí se había quedado en la casa con su papá, quién había ido en cuanto Sinuh se lo pidió. Yo no estaba muy convencida pero su madre había dicho que estaba bien.

Mis manos sudaban y quería soltarme a llorar porque estaba cuestionándome de nuevo qué tan justa era la vida. Ya que Camila no merecía eso; ella merecía la vida, el amor, la alegría, la esperanza y todo lo hermoso que se le pudiera ocurrir.

Llegamos luego, finalmente, pero mi corazón no estaba preparado, no sabía que nos esperaba y rogaba porque no fuera algo malo. Y no lo fue, Camila estaba viva y era lo que importaba, había recibido algunos golpes en la cabeza y tenía un brazo roto, el derecho. Pero estaba viva, y sólo faltaba que despertara.

Los doctores dijeron que los golpes recibidos tal vez podrían ser de ayuda para su falta de memoria, o tal vez podrían empeorarla, pero que sólo lo sabrían con certeza hasta que despertara.

Me quedé toda esa noche en el hospital, ya que Sinuh fue a ver a Sofí.

No todo era alegría, ya que la tía de Camila no había corrido con la misma suerte y estaba en terapia intensiva.

—Uh, ¿Hola? —la voz de mi novia me despertó al día siguiente. Me levanté de la silla de golpe y ella me sonrió.

—¡Camila! —me lancé a abrazarla con cuidado de su brazo.

—¿Tú eres Lauren? —preguntó mientras me separaba, su cara no parecía bromear.

—¿Por qué preguntas?

—Estaba soñando con una Lauren, con ojos muy similares a los tuyos —explicó. Parecía que estábamos en la misma situación, así que asentí.

—Tu mamá fue a bañarse y eso.

Asintió—. ¿Por qué te quedaste aquí?

—Oh, bueno. —reí—. No sé cómo te vayas a tomar esto, pero soy tu novia.

Abrió sus ojos exageradamente—. De acuerdo, ¿Es normal que no lo recuerde?

—Tenías problemas de memoria antes del accidente —susurré y observé mis dedos—. Los doctores tenían la esperanza de que tu memoria funcionase bien cuando despertaras.

—Ya veo... —volví mi vista a ella en cuanto noté su tono decaer, tomé su mano—. ¿Algo más que deba saber?

Me lo pensé unos segundos y luego recordé a Karla—. Trastorno de identidad disociativo, tienes otra personalidad llamada Karla.

Frunció su ceño—. ¿Por qué una persona como yo sale con alguien como tú?

Sonreí—. Siempre me pides que sea tu novia. —me encogí de hombros—. No lo sé, supongo que me enamoré de ti en algún momento.

Se sonrojó, no hubiera tenido nada de malo, pero apartó su mano de mí—. Creo que eres hermosa, pero, no recuerdo muy bien, así que no puedo decir que siento lo mismo.

—Hey —la llamé acercando mi silla, y volviendo a tomar su mano—. Ya lo sé, no tienes que asustarte, ni sentirte presionada.

Elevó su mirada—. ¿Qué hago en el hospital, exactamente? Dijiste que tuve un accidente, pero no diste muchos detalles.

—Tú y tu tía —comenté—. En su automóvil de camino a tu casa.

Su rostro se tornó preocupado, incluso culpable—. ¿Está bien?

La observé seria—. Está en cuidados intensivos. La operaron, pero no corrieron con la misma suerte.

Camila observó su mano, enyesada—. ¿Crees que la vida es justa?

Recordé a papá, y finalmente tomé mi postura, una propia y no heredada, una que yo realmente creía y de la que estaba segura, luego, respondí—. No.

¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora