Toqué la puerta ansiosa, había decidido que si tenía que enamorar a Camila de nuevo, lo haría, así que no podía esperar demasiado, pero tampoco podía presionarla, así que en mi desesperación decidí visitarla.Observé la caja del carrito que le traía a Sofí, y sonreí, esperando que sonriera al verlo también. Era de colección, un 1949 Ford azul. No lo había visto en su habitación así que pensé que le haría falta.
Luego de un rato, Sinuh me abrió y al ver el “juguete”, negó divertida—. ¿Sabes cuántos tiene? —sonreí—. Esta semana se portó mal, así que le dije que no le compraría nada, pero acabas de arruinar mi plan.
—Lo siento, me fue inevitable cuando lo ví en Amazon. —ella rió, finalmente dejándome entrar.
Busqué a mi chica por toda la sala sin mucho éxito—. ¡Sofí, Mila, alguien vino a verlas! —anunció la madre asintiendo para que me sentara en el sofá mientras las chicas llegaban, luego desapareció en la cocina.
Poco tiempo después escuché los pasos de ambas y volteé a verlas, Camila traía puestos unos shorts de mezclilla y un pequeño suéter de color rojo, se veía completamente hermosa, y al verme sonrió un poco.
—¡Lolo está babeando! —se burló la menor, la observé por fin y reí, acercándome.
—Hola —saludé—. He traído algo para amenizar tu castigo. —le tendí el carro y cuando despegó sus ojos del juguete, le guiñé un ojo y me sonrió emocionada, para luego lanzarse a mis brazos.
—¡Eres la mejor, gracias, gracias! —asentí—. Voy a colocarlo con los demás.
—Acabas de hacerla feliz —mencionó Camila—. Cualquiera le traería una muñeca.
Abrí mis ojos sorprendida, recordando lo vergonzoso que había sido el cumpleaños de la pequeña, mi novia se había reído de mí, pero ahora había quedado como una héroe—. Sí, pero no soy cualquiera.
Sinuh apareció soltando una carcajada—. No la engañes, Lauren —expresó, solté una risa incómoda—. Pasa que ellas ya se conocían, hija, pero la primera vez le regaló una muñeca.
Camila me observó curiosa, se sonrojó y para ocultarlo rió falsamente—. A veces olvido que se supone que nosotras ya nos conocíamos también.
—No te preocupes. —sonreí. La señora Sinuh dejó un plato con galletas y luego se fue, tomé una—. Podemos volver a conocernos.
Se sentó a mi lado, nerviosa. Verla así me recordaba a cuando en muy pocas ocasiones, se ponía nerviosa porque iba a pedirme ser su novia. Extrañaba tanto escuchar esa pregunta.
—Uh, ¿Puedes contarme acerca de la primera vez que salimos? —preguntó.
Una sonrisa se formó en mis labios, nosotras nunca habíamos tenido citas previas a ser novias, las citas eran después—. Acabábamos de regresar de vacaciones —comencé—. En los pasillos, me preguntaste si quería ser tu novia. Te dije que no, y me besaste, creíste que había cambiado de opinión pero no lo hice, así que me dijiste tu nombre y te fuiste —resumí. Recuerdo que había pensado en lo linda que era, pero negué ser homosexual. No cambiaría nada de cómo nos conocimos, jamás.
—¿H-hablas en serio? —asentí, volteando a verla, tenía su mirada en las galletas, como si quisiera una y le diera vergüenza tomarla—. ¿Yo, yo era tan directa?
—Sí, jamás habíamos hablado antes, pero, íbamos en el mismo salón, cosa que yo no sabía, pero al parecer tú sí. —tomé una galleta y se la tendí, me observó confundida y sonreí, sabía que Camila amaba comer, pero aquella nueva chica era extraña, ¿Cómo podía aguantar el hambre sólo por pena?—. Vamos, tómala. —la castaña se sonrojó y la tomó, finalmente comiéndola—. Éstas eran tus favoritas.
Asintió, acabando de comerla—. Lo son. —tomé una y la acerqué a su boca—. ¿Q-qué haces?
—Te alimento. Di “ah” —pedí, ella abrió la boca e introduje la galleta—. Que bonita.
Sonrió—. ¿Sabes mucho de mí?
—Parece que más que tu misma —comenté, Camila era una pervertida, así que estaba segura de que eso había funcionado muy bien.
—Pero yo no sé de ti.
—Sí, pero quiero pensar que tengo una oportunidad. —nuestras miradas se encontraron.
—¿Por qué hacerlo?
Me encogí de hombros—. Te quiero.
Regresó su vista al plato y sonreí, yo estaba enamorada de esa chica. Quererla era muy poco comparado a lo que yo sentía.
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¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]
Fanfiction-¿Quieres ser mi novia? -observé a la chica frente a mí, e hice una mueca, era bonita, pero no, yo no era lesbiana, y jamás en mi vida la había visto. Ni siquiera sabía su nombre. Así que no, no quería ser su novia. -No -mencioné simple mientras me...