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—Se lo merecía —fue lo primero que respondí—. Insultó a mi novia.

Camila asintió, y el moreno se mostró incrédulo, el director suspiró notablemente, seguro pensó en qué era un caso perdido y que no ganaría nada hablando con nosotras.

—Entonces, ¿No se arrepiente? —me preguntó.

—¿Por qué debería? Nunca que arrepentiré de lo justo. —el hombre negó y la chica a mi lado soltó una leve carcajada—. Ya le explicamos que pasó. ¿Me va a decir que no es un caso de discriminación y burla?

—Lau, Camila empezó —susurró el moreno.

—No me llames Lau. —la mirada que le di fue suficiente para que mantuviera la mirada en el suelo por el resto del regaño, y ni siquiera fue capaz de dar su versión, ya que al parecer, lo intimidaba.

Escuché al director reír al respecto—. Vendrán los tres por una semana a limpiar la escuela cuando terminen los labores, espero que eso sea suficiente.

—Gracias a Dios —murmuró Ty muy bajo, mordí mi labio inferior. Sabía que él estaba esperando ese castigo, puesto que, ya no podía quedarse otro año, era lo que se conoce como el fósil de la preparatoria.

El castigo era justo.

Pero, sabía que Camila odiaba limpiar, por lo que no estaba muy segura de que fuera a cumplir el castigo, más sí lo olvidaba, lo cuál sería incómodo porque me quedaría sola con el moreno.

Salimos los tres, con dirección a nuestros salones, pero antes de que pudiéramos avanzar, Ty se paró frente a nosotras—. Lo siento mucho, Camila, no me agradas, pero no es la forma en la que debí decirlo. Tampoco debí decirles "enfermas" la otra vez, tienes razón, no es tu culpa que no te guste —suspiró. Podía saber que sus disculpas no eran sinceras, pero lo dejé pasar y tomé la mano de Camila para alejarnos de él lo más rápido.

Llegamos al salón y nos sentamos con Normani, quién estaba hablando con Dinah, era cambio de hora y eso explicaba porqué todos estaban en su mundo.

—Hola —saludó la castaña. Sin soltar mi mano—. ¿Qué hacen tan juntas?

Dinah se sonrojó y apartó la vista, Camila y yo levantamos una ceja al mismo tiempo, cosa que causó que Normani riera.

—Ya hasta se coordinan, uh —comentó, fue el turno de mi novia de sonrojarse—. ¿Ves, Mila? No debes jugar con eso. —su sonrisa me dijo que ella también se había puesto nerviosa ante el comentario de Camila, pero lo disimulaba.

—¿Mila? —preguntó.

—Oh, yo te llamo así todo el tiempo, tu nombre se me hace largo —confesó la rubia—. Lo siento.

—¿Y desde cuándo pasas todo el tiempo con Normani? —mi pregunta las tomó por sorpresa.

—¿Celosa, Jauregui? —bromeó Dinah.

Reí, pero ví como Camila posó su mirada en el suelo—. De mi amiga, en todo caso.

Normani hizo una mueca—. No sé, no me van las darks.

Camila rió y yo sonreí, luego el maestro llegó, terminando nuestra diversión.

[...]

—¿Lo de Dinah no fue importante? —estábamos tiradas en la cama de su habitación, observando el techo mientras compartíamos algunas caricias. Cerré mis ojos y seguí jugando con su cabello—. ¿Lauren?

—Ya te había dicho que no —respondí suave—. ¿Por qué sigues insegura con respecto a eso?

No me había percatado, pero lo recordaba—. No lo sé.

—Dijiste que lo entendías. —ella se volteó, quedando encima de mí.

—Uhm, no recuerdo que dije —confirmó, luego sonrió.

Acaricié su mejilla—. Tú eres más guapa que ella, sí es lo que te preocupa, y tú me gustas, ¿No te quedó claro? —me acerqué a besarla, fue corto—. Te pedí a ti ser mi novia, no a ella. Ella se puede quedar con Normani. —ambas reímos.

—Cierto, lo olvidé. —por su tono de voz supe que no era cierto, y su sonrisa me lo confirmó—. Ahora, ¿Podemos, ya sabes...? —movió sus caderas sugerentemente y posé mis manos en ella.

—¿En serio quieres? —asintió—. ¿A qué hora llega tu mamá?

—A las nueve.

—Perfecto.

¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora