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Cada sábado, iba a almorzar a una cafetería cerca de mi casa con mi hermana, Taylor. Era nuestra "actividad familiar". Pero ese sábado, alguien se había encargado de que no sucediera.

Algún tipo de serenata, y no estaba segura de que se le pudiera llamar así, ya que una sola persona con una guitarra, no era exactamente lo que se esperaba de una serenata, ni mucho menos que fuera en la mañana.

Ignorando todo eso, decidí salir, seguida de mi hermana, y para mí sorpresa, mi cantante personal era Camila. Quién ni al verme salir paró de cantar. Terminó hasta que quiso.

Me sonrió mostrándome sus blancos dientes.

—¿Cómo sabes dónde vivo? —pregunté suave, intentando ignorar el hecho de que me había parecido adorable su sonrisa.

—La maestra me lo dijo cuando le pregunté. —pareció pensar por unos segundos—. Y no lo olvidé —susurró, pero al menos yo, la había escuchado.

Para ella, era la primera vez que hablábamos, y yo sabía que no, pero si quería ser su amiga, no me importaría seguirle el juego—. ¿Por qué querrías saber dónde vivo?

Eso pareció hacerla volver a la Camila que había conocido, ya que sonrió embobada—. Porque me gustas, y quiero ser tu novia, ¿Quieres ser mi novia?

Escuché una leve exclamación de sorpresa por parte de mi hermana, y yo simplemente sonreí—. No soy gay.

—¿Y? —hizo un puchero—. ¿No canto bien?

—Cantas muy bien, Camila, si quieres podemos ser amigas —ofrecí.

Observó a mi hermana y su ceño se frunció—. ¿Ella es tu novia? —no me dejó responder cuando soltó un suspiro entre dramático y triste—. Rayos.

—Es mi hermana, Camila.

Sus ojos brillaron con sólo escuchar esa palabra—. ¡También tengo una hermana! Es más pequeña, pero la amo. Tenemos muchas cosas es común, ¿ves? Deberías ser mi novia. —mi hermana rió—. Triunfaríamos juntas. Tu magestuoso trasero tendría el trato que merece.

Me sorprendía cómo variaba levemente las formas de proponerme ser su novia. Pero no podía evitar reír ya que por alguna razón involucraba siempre a mi trasero.

—Ya dile que sí a la pobre chica, Lauren —opinó mi hermana, luego volteó a ver a Camila—. Ella acepta, es muy tímida para decir que sí, pero lo hace.

Esas palabras significaron un permiso para la chica, ya que dejó su guitarra en mi patio y corrió a abrazarme fuertemente, por instinto, intenté separarla de mí, pero ella escondió su cabeza en mi cuello y su respiración en el mismo provocó que me quedara estática.

Taylor apareció en mi campo de visión para tomar la guitarra de Camila y luego llevarla a la casa, no entendí porqué hizo eso hasta que la castaña se separó de mí.

—Ibamos a almorzar a un café cerca de aquí, ¿Vienes? —Camila observó el reloj en su muñeca izquierda y asintió.

—Señorita Lauren, permítame guiarla con seguridad a nuestro destino —pidió haciendo una voz más grave y extendiendo su mano hacia mí, observé molesta a mi hermana, quién estaba disfrutando esto más de lo que debería. Pensé que después me las cobraría. Pero pensándolo mejor, le agradecía muy dentro de mí, ya que suponía que estaba haciendo de alguna manera feliz a la de ojos cafés.

Tomé su mano y enredé mis dedos con los suyos.

Era la primera vez que alguien más nos acompañaba a almorzar, así que la empleada que siempre nos atendía, observó con curiosidad a Camila. Luego se acercó rápidamente.

—Hola, Camila —la saludó, Taylor y yo nos observamos extrañadas, y como esperaba, Camila también se notaba confundida—. Oh, ya sabes, del colegio para padres.

—Yo no tengo hijos —afirmó apretando un poco mi mano.

Ella rió incómoda—. Lo sé, lo siento. —observó nuestras manos, seguido me observó a mí, como preguntándose algo—. Por aquí. —una vez en nuestra mesa diaria, y nuestra orden tomada, volvió a dirigir su mirada a mí—. Luego tengo que hablar de algo contigo, Lauren.

—¿Sobre qué? —Camila preguntó, entrecerrando los ojos.

—Sobre alguien.

—Ya lo sé, señora Claudia, y por eso mismo, no pienso alejarme.

¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora