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[Maratón 2/2]

—Hola, señora Cabello, ¿Puedo pasar? —pregunté, ella sonrió de lado.

—Te he dicho que me digas Sinuh. —una vez pasé, le sonreí a modo de disculpa.

—¿Está Camila? —negó.

—Mi hermana vino por ella, fueron de compras —respondió. Asentí decepcionada—. ¡Sofí, ven a saludar! —gritó, la niña bajó las escaleras corriendo, con un carrito de juguete en la mano, simulaba que el pasamanos era su pista.

—¡Es la chica que canta! —chilló, su madre me dió una sonrisa apenada—. ¡Holaaa!

Reí levemente, se veía más animada que aquella vez en su cumpleaños—. Hola.

—¿Cómo te llamabas? —observé a Sinuh, ella entendió mi mirada y negó—. ¿Lolo?

—Lauren —corregí volviendo a verla.

—Lolo es más cool. Ven, vamos a jugar. —tomó mi mano y me guió de nuevo a las escaleras.

—Sofía, no molestes a Lauren —regañó la madre. Despeiné a la niña y negué.

—Está bien, no me molesta.

—Lolo es cool, mami. —subimos hasta su habitación, en dónde su cama era en forma de carro y la mayoría del cuarto estaba lleno de pósters de autos, muy diferente al de su hermana—. ¿Te gustan las muñecas, cierto?

Me sonrojé, pero enseguida entendí que la niña no se refería a aquello, por lo que asentí—. Sí, pero también me gustan los carritos.

Asintió y se dirigió a un estante en el cuál tenía demasiados carros de diferentes tipos, tomó un, Porsche 918, sino me equivocaba.

—Este es mi favorito. —lo tocó con sumo cuidado—. ¿Sabes cuál es?

Asentí orgullosa—. El Porsche 918.

—Porsche 918 Spyder —corrigió burlona—. Cerca, Lolo.

—Bueno. —me acerqué—. ¿Me lo prestas?

—No eres digna. —alejó mi mano, elevé una ceja y entonces soltó una carcajada—. Broma, tonta.

Hice una cara triste falsa—. Heriste mis sentimientos. —me tendió el carro.

—Mila dice que eso es chantaje, pero no quiero que estés triste, así sea por chantaje —dijo y luego se volteó para tomar otro carro—. Si sabes cuál es este te perdono.

Observé el carro—. Sólo sé que es un Audi. —me encogí de hombros.

—Audi R8. —se sentó en el piso—. ¿Carreritas?

Me senté a su lado y comenzamos a jugar, luego de un rato, la niña me había ganado más veces de las que recordaba.

Unos leves golpes se escucharon y ambas volteámos a la puerta. Pensé en que podía ser Camila, por lo que me levanté y abrí, pero era su madre.

—¿Tienen hambre? Les traje galletas. —sonrió pasándome el plato.

—Gracias. —entramos a la habitación y nos sentamos en la cama.

—¡Galletas! —exclamó la niña acercándose por unas cuantas.

Mi corazón se empezaba a preocupar por la morena, así que no oculté mis ganas de saber—. Camila ya se tardó.

—Hace un rato las llamé, dijeron que llegaban en cinco —informó tomando una galleta. La imité.

Sabían increíbles—. Están riquísimas —halagué. Ella sonrió.

—Receta familiar. —Sofí asintió—. Cuando te cases con Camila te enseño a hacerlas.

Entendí porqué no se las había enseñado a la chica y agaché la mirada.

“El mundo no es justo.”

Había estado dándole vueltas a las palabras de mi hermana durante toda la noche anterior, y en ese momento regresaban a mí.

—Claro.

—Gracias —murmuró, se levantó—, Iré a limpiar, —y se fue.

—Mamá está triste —Sofí aseguró.

—¿Por qué?

—Es obvio, por Mila. —me quitó una galleta de la mano y siguió viendo su carrito—. Tú sabes porqué.

Asentí y me llevé otra galleta a la boca—. ¿En verdad está con tu tía?

—Sí. Vino temprano. —me observó—. ¿Quieres mucho a mi hermana?

—Estoy enamorada de ella.

La niña sonrió—. Eres muy cursi.

—Sólo cuando se trata de tu hermana. —escuché los pasos de alguien y volteé. Era Sinuh con el celular en la mano y cara pálida, mis nervios se activaron en menos de lo que capté su imágen—. ¿Qué pasó?

—E-era mi hermana —confirmó, sus ojos reflejaban que ella tampoco lo había terminado de entender—. Tuvieron un accidente.

¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora