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Caminábamos hacia lo que yo tenía entendido, era una zona donde vivían las personas de clase un tanto alta. No tenía idea de que Camila era rica, o al menos, más que mi familia, así que me sorprendí cuando llegamos a la dirección que nos había dado la secretaria.

—¿Es tu casa? —pregunté a la castaña, ella me observó divertida y asintió.

—Bienvenida a mi paraíso, hermosa. Podrás disfrutar de tu estancia aquí gracias a mi maravillosa presencia —bromeó y me guió hasta el portón. Sacó la llave de su bolsillo derecho y entramos. Al menos no era de esos que se abrían automáticamente, me hubiera sentido más pobre. Pero enseguida pensé que se lo merecían por la condición de Camila, merecían vivir bien.

—¿Camila? —se escuchó una voz atrás nuestro y ambas volteámos.

Era una señora con lentes, parecía muy cansada—. Hola, mamá —saludó. Me sorprendió un poco que recordara a su madre, para ser sincera.

La señora me observó—. ¿Eres amiga de mi Camila?

Estaba por hablar cuando Camila tomó mi mano—. Es Lauren, mi novia.

—Oh, —me observó con pesar—. Vamos a entrar, ¿Sí?

Entramos a la casa, y la madre de Camila me ofreció algunos postres, y se comportó muy amable, pero no entendía porqué si la señora parecía preocuparse por su hija, no iba a recogerla a la escuela. O si no podía, porqué no mandaba a alguien.

—Mamá, estás siendo rara, iré con Lauren a mi habitación. —tomó de nuevo mi mano, pero la mano de su madre en mi brazo, nos impidió avanzar.

—Gracias —susurró—. Gracias de corazón. —sus ojos se llenaron de agua, sentí que hacer lo que hacía valía la pena, estaba haciendo a dos personas felices. Suponía que después de mucho dolor.

Mi justicia estaba haciendo efecto, asentí con una sonrisa y ella me soltó.

Luego de eso, subimos algunas escaleras para llegar a la habitación de Camila.

Quién en cuanto cerró la puerta, me estampó contra la misma para besarme alocadamente. Sus manos se posaron en mi cuello y me atraía a ella desesperada, mordió un poco mi labio antes de separarse y observarme—. Perdón si no es el primer beso que esperabas, pero no aguantaba.

Me separé un poco para sentarme en la cama, nuestro primer beso había sido mejor, yo lo recordaba pero ella no, así que me propuse que cada que olvidara haberme besado, le daría un primer beso increíble.

Se sentó a mi lado—. ¿Qué te parece? Es la primera vez que una chica entra a mi habitación y estoy nerviosa. Más porque esa chica es Lauren Jauregui.

Sonreí—. Es increíble, Camila.

—Me alegra que te guste. —tomó mi mano y entrelacé nuestros dedos.

—Antes dijiste que te gustaban mucho los colores, pero tu habitación no es muy colorida. Ni tu ropa. —me observó, parecía interesada en lo que decía, por eso, me distraje, sus ojos tan cerca como los tenía, eran alucinantes, me perdí hasta que ella carraspeó.

—Planeta ojos chocolate llamando a Planeta ojos verdes, repito, planeta ojos chocolate llamando a Planeta ojos verdes —hizo una voz más grave para decir aquello.

Reí—. Cállatem- —me besó más lento y tranquilo que antes, y esa vez, me permití corresponderle. Debía aprovechar de alguna forma, hacía mucho que no besaba a alguien, y estaba empezando a olvidar cómo hacerlo. O eso me dije, aunque muy en el fondo de mí, estaba empezando a dudar que fuera completamente heterosexual. Y en cuanto el pensamiento cruzó mi cabeza, alejé a la chica lentamente—. Lo siento. Recordé que tengo cosas que hacer.

Ella hizo un puchero—. ¿Te vas ahora, entonces?

Asentí haciendo un puchero también para que no sospechara nada, y es que no lo merecía—. Nos veremos después, Camila.

Su expresión triste pidiéndome que me quedara no fue suficiente.

¿Quieres Ser Mi Novia? [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora