Al terminar la obra, Zayn y yo, nos levantamos para aplaudir. Fue un desperdicio, no presté atención al segundo acto para nada, estuve todo el tiempo tocando mis labios, aguantando la tensión de un hilo invisible que me tira hacia él.
Aplaudo enérgicamente, como si de verdad hubiera disfrutado. Bueno, al comienzo sí, digo, desde siempre me llamó la atención. Pero una no puede concentrarse mientras está al lado, muy cerca, en un lugar oscuro, peligrosamente cerca del objeto de su deseo.
Suspiro.
Y sin previo aviso, toma mi mano, su tacto caliente y rasposo, me estremece. Nos conduce afuera, no lo miro. Caminamos en silencio, hasta el estacionamiento y él, acaricia rítmicamente mi muñeca. El fresco aire de la noche me ayuda a despejarme. Me muerdo el interior de la mejilla.
Tengo que pedirle que me lleve a mi casa…
-Iremos a cenar-anuncia, enarco las cejas, y volteo la cabeza para mirarlo-.
Su sonrisa es casi imperceptible, sus ojos me miran cautelosos pero divertidos, y no entiendo, ¿volverá a hacer como si nada pasó? Francamente, espero que no. Pero si trata de hablar sobre eso, no sabré como manejarlo y la cagaré hasta el fondo.
Yo asiento, suspirando.
-¿A dónde iremos?-inquiero, se dispone a abrir la puerta del copiloto para mí. Suelta mi mano-.
-Veremos, señorita.
Nunca sé qué me impulsa a actuar así, completamente descarada, sin vergüenza. Tal vez sea el hilo de acero invisible que me acerca a él.
Desabrocho un botón de su saco, y poso ambas manos sobre su camisa blanca. Acaricio su duro pecho y la carne se me pone de gallina. Levanto la mirada a sus ojos, está esperando. A mí. Sus ojos vuelven a ser de oro fundido. Ardientes y brillantes, llenos de expectación. Me agarra de las caderas, pasa su lengua por los labios y me besa. Oh, se cansó de esperarme.
Succiona con delicadeza decadente mi labio inferior, y mis manos suben por su pecho, para alojarse en su nuca, y que su boca permanezca más cerca—como si eso fuese posible—, ladea la cabeza, y su lengua me invade.
Casi con violencia, me empuja contra el BMW negro, y me besa más profundamente. Un gruñido sale de mi garganta.
Un segundo después, Zayn parece haber recuperado la compostura, se separa de mí, me aparta y abre la puerta del copiloto. Con el cuerpo entero cosquilleándome, ardiéndome, entro al auto.
Zayn rodea lentamente el vehículo, se toma su tiempo. No estoy tan segura de que quiera llevarme a cenar.
¡Estúpida, estúpida, estúpida! Me tapo el rostro con ambas manos. Sacudo la cabeza, y justo cuando él entra estoy abrochándome el cinturón de seguridad. Sí, definitivamente voy a pedirle que me lleve a casa… no hará falta que le ruegue.
-¿Te gustó?-carraspea-la ópera-vuelve a carraspear, tiene el cuello rojo, y la nuez de Adán, le sube y le baja a un ritmo preocupante. Me doy cuenta de que nunca lo había visto nervioso. Voltea y me mira, yo parpadeo-.
-Sí, me gustó. ¿Puedo?-señalo a la radio, él asiente-.
Help! De The Beatles suena, amo esa canción. Tamborileo con los dedos, al ritmo de Ringo, mis muslos. Odio que no me hable, cuando íbamos a la ópera estábamos charlando animadamente, y ahora vuelve a estar tenso. Igual que la primera vez que nos besamos.
Sacudo la cabeza. ¡Soy una estúpida insensata!
Recorremos la ciudad por unos veinte minutos. Y yo no le pido que me lleve a casa. Soy una… Tengo que dejar de insultarme.
-No encuentro el lugar al que quiero llevarte-dice, de repente-.
-¿Por qué no lo buscas en el GPS?-sugiero, él niega con la cabeza-.
-¿No te molesta si cenamos en mi departamento?-ignora mi pregunta. Me llevo el labio inferior a los dientes-.
Suspiro.
-Claro, ¿Por qué no?-contesto-.
¿Por qué no? ¡¿Por qué no?! Bueno, no lo sé, ¿TAL VEZ PORQUE ERES DEMASIADO DÉBIL? Para empezar, Nina no sabe en dónde estoy, y no tardará en llamar. Apoyo la mejilla contra el frío vidrio polarizado del auto. Y a la velocidad de la luz, entramos al estacionamiento de su edificio.
-¿Vas a pedir comida?-pregunto, mientras subimos al ascensor, se rasca la mandíbula-.
-De hecho…-mira al piso-estaba pensando en cocinar algo yo-se encoje de hombros-.
-¿En serio? ¿Sabes cocinar?-inquiero, él asiente, con una media sonrisa, de orgullo-¡Genial! Quiero pasta-le guiño el ojo-.
Suelta una risa, y niega con la cabeza. De pronto, volvemos a estar bien, sin tensiones de por medio. Él toma de mi mano al llegar al octavo piso, y deposita un suave beso en ella. Me ruborizo.
-Espero que te guste.
Río, él si me gusta… Su comida, debo probarla primero.
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Art of Seduction · Zayn Malik AU
FanfictionTiffany y Zayn se conocen cuando ella visita el Museo de Londres, donde él trabaja; la atracción que sienten ambos se manifiesta al instante. Él es un hombre exitoso, y ella es joven... demasiado joven. Entre ellos se interponen trece años, pero alg...