Capítulo 28

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Cruzamos umbral riendo. ¿Cómo es que puede ser tan voluble? No estamos riendo de su nula habilidad para la salsa Bechamel. Zayn es todo un misterio para mí. Por momentos es distante, por otros, atento. Quiere besarme y luego se aparta, no entiendo muy bien eso. Pero no me importa, hoy nos besamos mucho—menos de lo que yo quería, más de lo que esperaba—.

-Ve a sentarte-dice, quitándose el saco, y dejándolo en el brazo del sofá-voy a cocinar-mueve las cejas y me hace reír-¿Quiere algo para tomar?-inquiere-.

-Esa cosa que me diste antes-digo, suena más a una pregunta, él asiente y se remanga la camisa-.

Contengo la respiración. Tiene todo su jodido brazo derecho tatuado. Jesús. Y es hermoso, sexy… completamente caliente. Sigue la dirección de mi mirada, y suelta una risita. Me obligo a pasar saliva, o si no, voy a babear en algún momento.

-Mi prima y yo tuvimos una alocada adolescencia. Éstos son recuerdos, significan mucho para mí-dice, yo me ruborizo y aparto la mirada. Es de mala educación estar viéndolo así-.

De nuevo, me hundo en su sofá enorme. Cruzo los tobillos, me gustan estos zapatos.

Tengo que responder.

-Ya veo, es genial… digo, yo no quiero ninguno, no me gusta el dolor-confieso, y lo miro tímidamente-.

-Está bien, duelen pero no tanto-se ríe-voy a poner algo de música y en seguida te traigo más jugo de arándanos con gaseosa-se dirige al estéreo y se pone de cuclillas para seleccionar un CD, tiene millones-.

Santa María. Tiene otro tatuaje, que sobresale de la camisa. Jesús, Jesús, Jesús. No puedo ver exactamente que es, pero quiero saberlo, aunque eso signifique que tenga que arrancarle la camisa… ¿De dónde salió eso? Sacudo la cabeza.

Saco  mi celular de mi bolsa, no tengo ninguna llamada de Nina, pero de todos modos necesito una coartada sobre mi ubicación. La persona que me debe una es Tara, pero tendría que darle una explicación. Alexis de seguro está con Finn en alguna de sus casas a las afueras de la ciudad, echados en el pasto, acurrucados, mirando las estrellas y esas cosas.

Mi única salida es Tara, que de seguro también está con el idiota de Pittsburg haciendo “tarea” y comiendo brownies, o algún postre, se la pasan comiendo esos dos. Zayn se pone de pie y me enseña un DC de Scorpions.

-¿Te gustan las deprimentes baladas de rock o prefieres otra cosa? Me gustan las deprimentes baladas de rock-dice él, haciéndome reír de nuevo-.

-No, estoy bien con ellos-le contesto-.

Introduce el CD y se va, moviendo la cabeza al son de You and I. Rápidamente, me pongo de pie, y llamo a Tara, dos tonos después, me contesta.

-Cúbreme, si mi madre llama dile que estoy contigo, pero que ya dormí, o que estoy en el baño, lo que sea-digo-.

-Espera, espera. ¿Dónde estás?-inquiere ella, volteo los ojos-.

-La curiosidad mató al gato-susurro. Suelta una carcajada-.

-Dime dónde estás, o no te cubro-inspiro-¿Con Malik?-inquiere-Cállate, no, es el novio de Tiffany-le dice a alguien-.

-¿Qué?-casi grito-¿A quién le dijiste eso?

-A Doug, olvídalo. Espera-dice-.

Y espero, segundos después vuelve a la conversación.

-¿Qué haces a esta hora con Douglas?-interrogo-¿Hola?

-Te escucho, estoy con Dougie en mi casa, los adultos salieron, vamos a ver una película y a comer brownies-contesta, risueña, está derramando miel-.

-Bueno, ¿Cúbreme? ¿Por favor?-suspira-.

-Claro que sí, pero recuerda; pulgares en los ojos, rodilla en la parte baja-no puedo evitar sonreír-y por el amor de Dios, piensa antes de actuar-frunzo el ceño-.

-Tú no piensas antes de actuar-replico-.

-Yo soy yo, y yo no pienso. Tú eres Tiffany Lynch.

-Tengo que colgar-digo, en cualquier momento, Zayn regresará con mi nueva bebida favorita-.

-Te amo, cuídate-se despide, y cuelga-.

Zayn nunca hará nada que yo no quiera, no es un extraño. Además lo deseo. Y me siento segura con él. De pronto es como si estuviera dentro de una de mis novelas, cuando la protagonista sabe que no está haciendo lo correcto, pero se arriesga. Aunque al final sufre, por no tomar el camino fácil, el camino seguro.

Y esa es la clase de protagonistas a las que considero estúpidas, como Julieta—odio Romeo y Julieta, ¿Quién en su sano juicio se casa a los trece años?—quién tendría que haber aceptado a Paris, o haber esperado más y huir con Romeo—otro idiota—quién se enamora de ella, porque le duele el corazón debido a que Rosalina ya no lo ama.

¿Por qué estoy pensando en esto? Esto no es una de mis novelas, no soy Julieta, y Zayn no es Romeo. Aunque me lleva años… Me obligo a desterrar esos pensamientos de mi cabeza. Miro por la ventana de la sala, las luces de Londres, posibilitan que pueda ver mis ojos en el cristal. Excitados, brillantes. Me quito el blazer, y guardo en uno de los bolsillos mi teléfono.

Volteo y Zayn está caminando hacia mí.

-Se acabó y tuve que preparar más…-se para, y mira el vaso con el brebaje púrpura, luego a mí, dos veces-oye, tú y el jugo combinan-dice, niego con la cabeza y le arrebato la bebida-.

-Me envidias-me mofo, y llevo el vaso a mis labios-.

-No-contesta, con voz ronca-envidio a un pedazo de cristal-abro los ojos, y se me corta la respiración ante su insinuación-.

Inspiro

-No tienes nada que envidiar a un pedazo de cristal-paso la lengua por la comisura de los labios, para retirar una minúscula gota de jugo-.

-Voy a poner la pasta-anuncia, gira sobre sus talones-.

¿Acaba de huir? ¿O estoy alucinando? ¡Agh! A eso me refería, dice cosas y parece arrepentirse luego. Nunca podremos hablar sobre todos los besos y todo el deseo que anida en mi cuerpo cuando estoy cerca de él, porque huye, o cambia de tema, o me aleja, o actúa como si nada ha pasado. Me frustra a la vez que me alivia.

Tal vez es un poco idiota, como el insistente Romeo.

En esta historia soy yo la que hace las cosas mal, la que insiste. Quiero gritar, no puedo dejar de pensar en eso.

Art of Seduction · Zayn Malik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora