Capítulo 56

9.3K 534 56
                                    

Despacio, vuelvo a abrir la puerta, asomo la cara, y él sigue estando ahí, parado en el umbral de la puerta de mi departamento, en París. Zayn está en París. Él se acerca y baja la cabeza para mirarme a los ojos. Sus dorados ojos, que tanto extrañé, están preocupados.

Él está aquí.

-¿Puedo pasar?-yo sacudo la cabeza y abro la puerta, me hago a un lado para que entre, él escanea el lugar y se sienta en uno de los sofás-.

Nos miramos tan intensamente que me siento mareada.

-Hola…-dice, finalmente-.

Yo esbozo una pequeña sonrisa. ¡Está aquí! ¡De verdad! Quiero arrojarme a sus brazos, pero siento que si me muevo, me voy a partir en mil pedazos y a llorar como un bebé.

-Hola-contesto-.

-Déjame adivinar, pensaste que te había dejado, ¿no es así?-abro los ojos bien y asiento, vacilante. Para mi sorpresa, él se ríe-tonta-se levanta de un salto, y camina hasta mí, me quedo estática-.

Extiende una mano y con los nudillos acaricia mi mejilla, cierro los ojos al tacto.

-La verdad es que, sí, te dejé…-me estremezco y abro los ojos de nuevo-te dejé venir sola, porque tenía muchas cosas que organizar para mudarme a París, cambiarse de trabajo y de casa de un día para otro no es algo fácil, ya sabes-se encoje de hombros y me sonríe, con esa sonrisa burlona que me dio la primera vez que nos vimos-.

Creo que me voy a desmayar. Maldito embaucador y seductor hijo de perra.

-Te odio-le digo, y es en serio, suelta una carcajada-.

-Aunque te confieso que voy a extrañar Londres, y a los pocos amigos que dejé allá… Oh, y no olvidemos a mi oficina del museo, ahí fue donde te besé por primera vez después de jugar al gato y al ratón, y mi departamento, donde me obligaste a hacerte el amor-suspira, y yo me sonrojo-dulces, dulces recuerdos-susurra, pasando el pulgar por mi labio inferior-.

-Zayn Malik, eres perverso, te odio, y lo digo en serio, ¿Cómo pudiste? Ni siquiera me llamaste-le digo, y él se parte de risa frente a mí-.

-Querida, si hubieses activado la itinerancia de tu celular, podría haberme comunicado contigo-contesta, oh. Abro y cierro la boca, tratando de buscar algo para decir, pero lo único que me viene a la cabeza es que soy una estúpida. Él enarca las cejas, con esa misma expresión burlona que tenía cuando nos conocimos-.

Frunzo el ceño, preocupada por él.

-¿Dónde trabajarás? ¿Dónde te estás quedando? ¿Cuándo llegaste?-le lanzo las preguntas atropelladamente, él se ríe de vuelta, pero esta vez suavemente-.

-El Museo de la Edad Media de París. A cinco manzanas de aquí. A las dos de esta madrugada-contesta a todas las preguntas, y yo me quedo muda, perdida en su mirada. Claro, lo tenía todo planeado-.

Nos embebemos el uno en el otro. De repente, Zayn me abraza por la cintura y me levanta, dejándome a su altura, yo apoyo mis manos en sus hombros y le sonrío. El muy descarado, roza mis labios tentativamente y me besa.

Y solo con el toque de sus labios, de mi droga, desaparecen todas esas horribles emociones—tristeza, ira, decepción y dolor—que me atormentaron por días. Ahora me doy cuenta de lo estúpida que fui. Zayn siempre hace las cosas por algo, también es muy honesto, directo y nunca jamás me dejaría.

No sin decir adiós. Me pateo mentalmente por no haber confiado en él. Bueno, nadie podría culparme, no me llamó, simplemente desapareció de un día para otro. Y ahora resulta, que se mudó a París, para estar conmigo.

Sus labios se adhieren a los míos y son suaves y cálidos, me pierdo en ellos. Se retira un poco y pasa la lengua por mi labio inferior, suelto un leve gemido, y él aprovecha mis labios entreabiertos, para acceder a mi boca. Cuando profundiza el beso, enredo los dedos en la seda de sus cabellos color del ébano.

Éste hombre merece un premio. No sé de dónde, pero se lo merece.

Lo merece por ser un idiota que me oculta las cosas, por hacerme sufrir por una semana y por, con unas palabras, unos toques y un beso, hacer de mi existencia perfecta. Es increíble lo retorcido que es su cerebro. Fue capaz de ocultarme esto, de ocultarme lo que me haría la chica más feliz sobre el planeta.

Se merece un premio por amarme hasta el punto de dejar su vida, su familia, por mí. Además, porque, el muy idiota dejó su trabajo como directivo en uno de los museos más importantes del mundo, solo por mí, solo porque está enamorado de una niña.

No renunció a nosotros.

No importa que me lleve trece años, que sea musulmán y yo católica. No importa que yo esté comenzando a vivir mi vida, y él la tenga hecha ya. Nada de eso importa. Por una simple razón: lo amo más que a mi propia vida, por siempre y para siempre. Él es mío, y yo soy suya.

Y no hay vuelta atrás, no hay manera de pararlo. Lo amo más de lo que me gustaría, más de lo que es sano amar a alguien. Está en su ADN, en el mío. Yo siempre anduve vagabundeando, buscando algo que no sabía que buscaba.

Tal vez porque, contra todos los pronósticos Zayn Malik se convirtió en el amor de mi vida.

Por siempre y para siempre.

Art of Seduction · Zayn Malik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora