Capítulo 45

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Me sonrojo notablemente y les sonrío a ambos. Zayn se ve muy bien, me embebo por un momento de su rostro extremadamente apuesto. Sus facciones son perfectas, sus ojos brillan divertidos y tiene una media sonrisa preciosa estampada en la cara. Está vestido con jeans negros, una camiseta de algodón de cuello V blanca—deja ver su pecho maravilloso y fuerte, y algunos tatuajes—y una camisa a cuadros rojos y marrones encima, botas negras. Simplemente sexy.

Y estoy haciendo uso de todo mi autocontrol para no embestirlo contra alguna de las superficies del pulcro y austero despacho.

-Hola-digo, mirándolos a ambos por debajo de las pestañas, como una niña chiquita-.

-Hola-contestan al unísono. Zayn se acerca a mí, toma mi mano y se la lleva a los labios, mirándome a los ojos, y me derrito-.

Eso no se hace, Zayn.

Él es combustible para mi cuerpo, y esa sensual caricia, es la cerilla que me enciende.

-Te extrañé-susurra, aún sobre mi mano, olvidando que estamos en presencia de mi abuelo acaricio su rostro con las yemas de los dedos, sintiendo su barba de un día y su calor-.

-Yo también-le contesto en un suspiro tembloroso cuando besa la palma de mi mano-.

-¡Qué romántico!-exclama Daniel aplaudiendo frenéticamente. Yo me río y a duras penas me separo de Zayn para ir a abrazarlo-.

-Hola, abuelo, ¿Cómo estás?-inquiero, y beso su mejilla, él me atrae a su costado-.

-Bien, bien… estaba teniendo una divertida charla con el señor Malik-responde, pasando la mano por mi cabello-te ves muy bien. Luces… luces como tu abuela-dice, conmovido-es escalofriante. Nunca antes había notado el parecido extremo que tienes con ella-yo solo le sonrío. No sé cómo reaccionar ante sus palabras-.

-También me parezco a los Lynch-es todo lo que digo, y me encojo de hombros levemente. Mi abuelo asiente, con mala gana-.

-Sí, querida, ya lo sé, pero gracias a Dios los genes paternos son más fuertes-suelta, Zayn se ríe y yo niego con la cabeza, divertida-¿Por qué no tomamos asiento? Voy a pedirle a Gertrud más té-insta a que nos sentemos en un sofá tapizado de chenille de dos cuerpos-.

-¿No quieres que se lo pida yo?-Daniel niega con la cabeza-.

-No, Tiffany, gracias, pero quiero extender las piernas-me dice mientras camina hacia la puerta, dejándome a solas con Zayn-.

Ni bien se escucha a nuestras espaldas el clic de la puerta al cerrarse, Zayn pasa su brazo alrededor de mis hombros y me arrastra hasta su lado. Hunde la nariz en mi cabello e inhala profundamente. Poso una mano en sobre su pecho, sobre su corazón y siento sus latidos y su calor. Su olor a sándalo y canela, con un toque de madera.

-¿Te das cuenta que no podemos estar sin tocarnos?-me dice, y acaricia mi hombro desnudo-.

Suelto una risita.

-Sí. Supongo que es porque no nos vimos en una larga semana-contesto, e imito su caricia en su pecho-.

-Estamos acostumbrados a pasar mucho tiempo juntos, a tocarnos-besa mi coronilla-a besarnos-reparte besitos por toda mi cara. Suspiro complacida, al tener sus labios sobre mi piel-.

-Tienes razón, no sé lo que haré cuando vaya a París-tan solo con pronunciar esas palabras se tensa y me aprieta más-lo, lo siento, Zayn-murmuro, y le doy un beso en la comisura de los labios-.

-Yo…-hace una pausa para suspirar-yo tampoco sé que será de mi vida cuando te vayas-vuelve a acercar mi mano a sus labios. Se escuchan las voces de Gertrud y Daniel, y nos separamos inmediatamente-.

Se abre la puerta y entran ambos.

-Tiffany, mi querida, ¿Ayudarías a esta vieja con esto?-inquiere Gertie, yo asiento vehemente y me levanto-.

-Por supuesto-digo-.

Gertrud se retira y yo me quedo con ambos hombres, quienes me observan fijamente mientras sirvo el té. Me siento acorde a mi atuendo: una chica de los sesenta sirviendo té a su respetable abuelo y a su amado novio. Mientras discuten sobre las intenciones del novio y los pros y contras de su relación.

Termino de servir el té y me siento. Mi abuelo carraspea, sus vivarachos ojos azules me miran divertidos, luego posa la mirada en Zayn.

-Debo decir, señor Malik, que me siento reflejado en usted-comienza, yo trago saliva-.

-¿De verdad, señor?-inquiere-.

-Así es-asiente mi abuelo-yo era mucho mayor que la abuela de Tiffany, cuando me casé con ella-cuenta-.

Art of Seduction · Zayn Malik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora