Capítulo 52

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Me duele el brazo izquierdo como el infierno, los ojos me arden y estoy agarrotada.

Abro los ojos. Estoy en una habitación desconocida, estéril, conectada a cables, a media luz, me encuentro acostada en una cama desnivelada y con barras, tapadita y calentita con sábanas y un edredón. El cuarto está iluminado solamente por una lámpara de luz amarilla, hay una ventana con las persianas cerradas.

Comprendo que estoy en un hospital. Pero, ¿por qué estoy en…? Tuve un accidente, alguien me sacó… Recuerdo ojos azules, terreno seco, una balacera…

¡Nina!

Me arranco los cables del cuerpo y me incorporo de inmediato. El brazo me duele, aparto la manga de la bata blanca, y descubro un pulcro vendaje, con una manchita de sangre seca. Trago saliva, también me dispararon. Suspiro, y me dirijo a la puerta, y es toda una travesía, puesto que siento que no me moví en siglos. Me doy en el dedo gordo con la pata de una silla, que se encuentra frente a la camilla.

-¡Mierda!-blasfemo, agachándome para sobar a mi dedo, no cabe duda de que sigo drogada-.

-¿A dónde vas? ¡Vuelve a acostarte!-ordena a mis espaldas, y yo volteo, ¿estoy alucinando?-.

-¡Zayn!-exclamo, y me tambaleo, él corre y me rodea con un brazo la cintura, para sostenerme-.

-No puedo ir al baño porque te levantas-me reta, cariñosamente-.

-¿Qué, qué haces aquí?-balbuceo en voz baja-.

-Estaba esperando a que despiertes-dice, y acomoda mi cabello, detrás de la oreja-no me contaste que te habías teñido el cabello-musita y besa mi coronilla-.

Me sonrojo, mientras me lleva hasta la camilla de nuevo y él se sienta en la silla que está enfrente.

-Zayn-lo llamo en voz baja, él toma mi mano. La suya está caliente y tiene la textura de siempre-tú… ¿Tú, de casualidad sabes algo de mi mamá o de qué pasó?-su gesto se endurece-.

Desvía la mirada, pero alcanzo a ver, que, sus ojos, siempre cálidos, parecidos al oro fundido, se tornan fríos. Un sollozo se escapa de  mis labios, ¿Es posible que Nina esté… muerta? Comienzo a temblar como una hoja, él se sienta junto a mí y con cuidado coloca la mano encima de mi hombro izquierdo.

-Shhh-murmura-no pasa nada.

¿Cómo que no pasa nada? ¡¿No pasa nada?! ¡Mi mamá está muerta, maldita sea! Las lágrimas comienzan a rodar descontroladamente por mis mejillas, y Zayn me acerca a su cuerpo, cálido y fibroso. Su aroma inunda mis fosas nasales.

-No pude decirle que la quería-gimo, y me cubro con las manos el rostro-.

-Tiffany, ¿de qué estás hablando?-pregunta él, confuso, retirando mis manos-.

-De mi mamá, ella… ella, está ¿Está muerta, cierto?-las palabras se traban, Zayn baja la cabeza, a mi altura y me mira a los ojos-.

-¿Muerta? No, tu mamá no está muerta, pero su diagnóstico es delicado-dice-.

-¿Entonces está viva?-él asiente, cierro los ojos y respiro profundamente, dos veces. Dejo de llorar, aunque todavía me tiemblan los labios-¿Puedo ir a verla ahora?-pregunto-.

-No, es de madrugada y no se permiten visitas-habla, levantándose de la cama y tendiéndome en ella, para luego arroparme y acercar la silla-.

-¿Y cómo es que tú estás aquí, entonces?-él sonríe travieso, coloca ambos brazos en el borde de la cama-.

-Estoy de contrabando-toma mi mano y juega con mis dedos-pensé que nunca te volvería a ver-masculla, con voz estrangulada, suelto su mano y acaricio su rostro, cabello, nuca y él cierra los ojos, disfrutando de mis caricias-.

Yo suspiro, no le puedo decir que yo también lo pensé, puesto que estaba drogada y no pensaba en nada.

-Cuéntamelo todo-le pido-quiero saber si atraparon a los criminales, quienes eran, el móvil del delito, por cuanto tiempo estuve en cautiverio y por cuanto inconsciente-hablo pausadamente, pero firme y él me regala una suave risa-.

-Demasiadas preguntas para las dos de la madrugada, señorita-dice, y yo le hago un puchero-en serio, será mejor que descanses, cariño-estira una mano, y toca mi rostro con las yemas de sus dedos, delinea mis labios y yo aprovecho para besarlos-.

-Estoy bien, me siento bien. Pretende que es un cuento para dormir-sugiero, y me muevo en la cama, dejándole un espacio-ven, acuéstate a mi lado-ruego, él pone los ojos en blanco-.

-¿Cuándo llegará el día en el que pueda decirte que no a algo?-dice, resignado, y se tiende a mi lado-.

Estuve secuestrada por cuatro días, inconsciente por casi dos. En efecto, atraparon a los criminales. Formaban parte de una banda especializada en fraudes económicos, y mi padre fue quien ordenó, sin miramientos, la prisión de su cabecilla. Los delincuentes pensaron que mis padres seguían casados, motivo por el cual, comenzaron a llamar a mi madre, la hostigaron y amenazaron. Y Nina Lynch, orgullosa hasta casi la médula, en lugar de hacer una llamada a mi padre, contarle lo que ocurría, pensó que podría solucionarlo ella sola, sin ayuda, y por esa razón, contrató a los guardaespaldas, pero le salió el tiro por la culata, porque uno de ellos, estaba metido en todo esto, en concreto Gerard O’Connor, quien está preso, también.

Me masajeo el puente de la nariz, estoy acurrucada fuertemente con Zayn. Mamá tiene que dejar de ser tan orgullosa. Voy a decirle eso, en cuanto pueda.

-¿Cómo sabes todo eso?-le pregunto a Zayn, él se encoje de hombros-.

-Tu abuelo-abro los ojos como platos, y lo miro-.

-A ver, cuéntame eso también.

-Él me avisó, durante esos cuatro días estuvimos juntos en Lynchville-suspira-realmente no quiero hablar de eso. Te juro que en mi vida me había sentido tan triste y desesperado a la vez, tuve tanto miedo de no volver a ver tu rostro-susurra contra mi pelo-.

-Zayn…-yo también tuve miedo. Me abrazo a él y pongo mi cabeza sobre su pecho, para escuchar los latidos de su corazón-pero ¿Cómo es que entraste a Lynchville?-inquiero, una risa resuena en su pecho-.

-Tu abuelo, nuevamente, querida. Él dijo a todo el mundo que yo soy el hijo de un amigo, y que no me prestasen atención-vuelve a reírse, y echa la cabeza hacia atrás-efectivamente, no me prestaron atención, pero estuve informado de todo, todo el tiempo. Fue la peor semana de mi vida-musita, y me peina con sus dedos-¿Tienes más preguntas?-inquiere, con voz tranquila-.

-No, es todo por hoy.

-Bien-dice, y toma mi barbilla y me besa-.

Nuestros labios encajan, se conocen. Comienza como siempre, suave y delicado,  pero luego se torna apasionado. Su lengua se abre paso entre mis labios, y se encuentra con la mía. La explora y la mima. Siento su sabor, siento su calor. Mi mano se posa en su mejilla, y siento su barba crecida clavándome los dedos, deliciosamente.

Muerde mi labio inferior, y un ronroneo sale de mi garganta.

Ah, hace tanto que no sentía sus labios junto a los míos.

Se separa cuando nos quedamos sin aire.

-Suficientes emociones por hoy, señorita-susurra, él, yo frunzo el ceño-.

-Entonces deja pasar la lengua por tu labio inferior, tentación ambulante-le digo y Zayn detiene su lengua-.

-Lo siento, cariño-besa mi frente-te prometo más besos si te duermes-yo me río, y sacudo la cabeza-.

-Deja de extorsionarme, además no tengo sueño-él enarca una ceja-.

-De todos modos necesitas descansar, Tiffany.

-Bueno. Voy a intentar dormir, pero prométeme que no te vas a mover de aquí-él asiente-.

-Te prometo que no me iré a ningún lado-acaricia mi hombro a un ritmo decadente-.

Un bostezo se me escapa, y él suelta una risita. Niego con la cabeza levemente, mi indecentemente guapo novio tiene razón, necesito descansar. He pasado por más de lo que mi cuerpo puede soportar, y me inyectaron mucha droga.

Cierro los ojos y casi instantáneamente me quedo dormida, en los brazos de Zayn. 

Art of Seduction · Zayn Malik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora