Capítulo 54

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-¿Ya estás lista?-mis padres irrumpen en mi habitación, mientras estoy mimando a Manchas, ya que él se queda. Yo asiento, ambos parecen una parejita de corderos rumbo al matadero. Les sonrío-.

Durante todo el verano, ellos se han vuelto más cercanos que nunca, y su relación va de maravilla. Prueba fehaciente de que todo lo que Nina se propone, lo logra. Ellos renovaron sus votos, ni bien Nina pudo sostenerse en pie. En los primeros días de agosto, organizaron una ceremonia íntima y ahora, vivimos todos juntos.

-Volveré en vacaciones-digo, y voy a abrazarles, el can chilla, como diciendo “yo también quiero un abrazo”-.

Los tres nos reímos. Tom acaricia la cabeza del animal, y éste mueve la cola, desquiciado.

-Mmm, eso no me parece suficiente, siempre te he tenido rondando-se queja Nina, y besa mi frente-tal vez me tome unos días pronto, París en otoño es maravillosa-su risa burbujeante llena mis oídos-.

-Está bien-digo resignada, Nina me suelta y se pasea por mi dormitorio-.

-Tiffany, cuídate, cariño-murmura Tom, tomándome de la mano-.

-Lo haré, papá. –Digo-Tú cuídala a ella-le susurro, y él me guiña un ojo y asiente, alegre-.

-¿Sabes? Tienes, como siempre, la mejor habitación de la casa-me reclama, Nina y se ríe de vuelta-.

Nos mudamos de Lynchville, ahora vivimos—mis padres y Florence, porque yo ya me voy—en una casa a las afueras de la City, lejos del ruido. Nina y Tom quisieron alejarse de todo, después de lo sucedido. También aprovecharon que la nueva escuela de Florence queda en esa zona, para estar apartados del bullicio. La casa es adecuada, bonita y acogedora, es un hogar, no una prisión—aunque esté rodeada de guardias—. Aquí, el poco tiempo que me tocó vivir, me sentí bien.

-Es un don-me burlo, y ella me mira frunciendo el ceño, los tres nos quedamos callados por unos minutos. La mirada violeta de Nina se humedece, ella sacude la cabeza-.

-Bueno, vámonos ya. Vas a perder el tren, a todo esto, ¿Qué se les metió en la cabeza viajar en tren hasta París?-inquiere, mientras recogemos mis maletas-.

-Alexis le tiene miedo a los aviones-Nina enarca ambas cejas-.

-Oh, bueno.

-Ajá-digo, echando un último vistazo a la que fue mi habitación durante el verano. Suelto un suspiro, no es momento de ponerme melancólica, tendré tiempo para eso en el tren-.

Por centésima vez, saco mi celular del bolsillo de mis vaqueros para ver si es que tengo algún mensaje de Zayn. Y por centésima vez lo guardo, con la frustración adherida a mi estómago, cual sanguijuela.

Quiero decir, hasta ayer, cuando me trajo a casa—almorzamos con mi abuelo—nos despedimos con un tórrido beso. En su auto. Durante mucho tiempo. Fui besada a conciencia, como Dios manda, y casi se empañan los vidrios.

Hoy su celular está fuera del área. Todo el día traté de hablar con él, y tampoco está en su casa. ¡Maldita sea…!

El golpe de la puerta delantera del Q7 de mi papá me saca de mis pensamientos, y yo doy un respingo.

Florence me abraza fuerte, cuando termino de abrocharle el cinturón.

-¿Tu deseo de cumpleaños fue que nuestros papis vivan juntos?-me pregunta, en lo que ella cree que es un susurro, veo por el rabillo del ojo, a Nina sonreír y a Tom atento a la respuesta, mientras pone en marcha el auto-.

-Cuando deseas algo con todas tus fuerzas el universo entero conspira para que lo consigas-digo, citando a Paulo Coelho-lo que quiere decir, Florie, que solo tienes que creer, y entonces no habrá nada imposible-le explico, aunque de todos modos no me entienda ahora, lo hará cuando crezca-.

Art of Seduction · Zayn Malik AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora