SINOPSIS:
Dharani Taylor, una chica de diecisiete años, aguarda su condena como prisionera juvenil en el Arca cuando descubre que varios reclusos serán enviados a la Tierra.
Llamada la "Princesa de la Anarquía", llegará a la Tierra para convertirse...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y así de sencillo, la noche del Día de la unidad se había vuelto la más interesante vivida por la castaña. ¿Y por qué?
¿Acaso alguien había hecho algo profundamente vergonzoso y épico en medio de su ebriedad? No. ¿Había florecido el amor en medio de la festividad? Pues, gracias a la interrupción de Clarke en la tienda de Bellamy, tampoco.
No. La noche del Día de la Unidad se había vuelto tan interesante por el hecho de que, en medio de una conmemoración del Arca por las doce estaciones unidas, un idealista Finn Collins buscaba reunir en paz a dos pueblos en la Tierra.
Brotaban retoños de esperanza por un mundo mejor.
Y en esa noche, Clarke era la representante de los 100 mientras que, con un conjunto de Terrestres, decidirían qué hacer entre ellos.
Era un bello e irrefutablemente estúpido plan que el chico de corazón noble llevaría a cabo al surgir el alba.
Por otra parte, Dharani farfulló para su interior mil maldiciones dirigidas a Finn producto de lo arriesgado que había sido partir a una reunión de ese calibre "solos".
De pronto, el grupo de refuerzo se detuvo al encontrar otra pista más depositada en el suelo del bosque.
La castaña se adelantó rápidamente para recoger los granos que Clarke, en su complejo de Hansel y Gretel, había dejado caer por todo el bosque, armando con éstos un camino hacia ellos.
Con una mediana sonrisa, ella tomó los granos y los guardó en su morralera, justo como lo había hecho con el resto que previamente había encontrado.
«Y claro, es porque no tenemos el derecho de darnos el lujo y botarlos. Cuando el invierno llegue, necesitaremos comida, y estos cuatro granitos pueden salvarnos la vida».
Al levantarse, se giró y descubrió que el resto del grupo la estaba observando.
―Al menos vamos por el camino correcto ―indicó, sacudiendo su morralera cubierta de los granos que Clarke había pensado desperdiciar.
Entonces, Bellamy asintió y volteó su cabeza hacia todos lados, vigilando los alrededores con su toque paranoide.
Instintivamente, ella deseó acercársele y sobar tiernamente su espalda, la cual de seguro ya tenía muchos nudos de tensión por lo frenético que estaba. Sin embargo, descartó su plan cuando recordó que no estaban solos.
El resto del grupo estaba compuesto por Raven ―quien estaba ahí por Finn― y un ligeramente ebrio Jasper, quienes sin disimulo, clavaron su mirada en la pareja, intrigados.
―Tenemos que seguir ―determinó Bellamy, acomodando el fusil en su mano y avanzando por la izquierda de la castaña.
Dharani ignoró las cosquillas que sintió por todo su sistema nervioso, las cuales amenazaron con volverla una gelatina derretida en el suelo al estar cerca de él, pero se controló.
