SINOPSIS:
Dharani Taylor, una chica de diecisiete años, aguarda su condena como prisionera juvenil en el Arca cuando descubre que varios reclusos serán enviados a la Tierra.
Llamada la "Princesa de la Anarquía", llegará a la Tierra para convertirse...
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Los pensamientos revoloteaban en la castaña como si se tratasen de un huracán, sacudiendo absolutamente todo el racionalismo en ella luego de que Raven, la chica nueva, mencionase algo sobre que el Consejo votaría para ejecutar a trecientas personas esa noche para ahorrar aire.
En ese momento, su escala de ira y deseo de venganza superaba los límites para su corta estatura, buscando descargarla sobre una persona: Bellamy Blake.
Al parecer, la corta paz que había sentido el trío de búsqueda al creer que habían llegado antes que él ahora se había esfumado por completo.
Él había ido, arrancado el radio de la nave y desaparecido de la escena como si nada.
Producto de ello, ahora Dharani se encontraba corriendo por el bosque en búsqueda de Bellamy, con sus manos empuñadas y listas para acariciarlo como se debía.
Y repentinamente, el moreno apareció por su campo de visión.
―¡Tú, maldito inconsciente de mierda! ―vociferó, empujándolo con todas sus fuerzas cuando lo alcanzó―. ¿En dónde está?
Sin dejarse intimidar, Bellamy rodó sus ojos en busca de provocar a la castaña y articuló con sarcasmo:
―Oh, miren lo que veo aquí, la princesita decidió dar un paseo por el bosque. ¿Tan frustrada estás?
―Déjate de juegos y dime la verdad, Bellamy. ¿En dónde está el radio?
Por detrás de ellos, Clarke apareció en la escena, seguida de Finn y Raven.
―Miren, las dos princesas. Vaya que cuidan del campamento ustedes, ¿eh? ―masculló, ganándose un segundo envite de la castaña.
―¡Dije que basta de juegos! ¿En dónde está el maldito radio? ―exigió, mirándolo con desdén―. Desapareciste de la nada para robar ese radio, y mientras tanto arriba se están preparando para matar a trecientas personas. ¡Te dije que debíamos creer que la falla del suministro de oxígeno en el Arca era real!
―Yo lo creí, reina ―le aseguró Bellamy.
Retirándose un paso hacia atrás, Dharani redujo su voz.
―No es cierto ―masculló, decepcionada―. Viniste aquí para asegurarte que no supieran nada de nosotros. Después de lo que te conté, de la falla de los brazaletes, tú viniste a terminar el trabajo, ¿no es así?
―No sé de qué me estás hablando ―declaró, haciendo el ademán de retirarse del lugar.
Antes de que eso sucediese, Dharani alcanzó a interponerse en su camino una vez más, ya sin rastro alguno de gusto en su cuerpo como el que habían compartido hasta anoche, cuando él estaba a tan cortos centímetros suyos.
No, la distancia era diminuta, pero aquello no la hacía olvidar de lo que estaban viviendo.
Por ello, la hija de los Taylor, de carácter intrépido, conseguía nuevamente ser el muro en los planes del moreno, dispuesta a hacer lo que fuese necesario para cumplir sus propósitos.
