Golpear las puertas del cielo y entrar en él fue una insignificante ilusión que Dharani tuvo cuando pensó en la muerte por primera vez.
Cuando se preguntó qué pasaba después.
Una relevante pregunta que, desde siempre, había atormentado a la humanidad desde que la vida se concibió, y que ella no parecía ser la excepción.
A sus quince años, la adolescente vio a sus padres desaparecer en la inmensidad del espacio, y entonces pensó: ¿Dónde están ahora?
No sus cuerpos, no esa materia que alguna vez los vistió, sino ellos. Sus espíritus, el alma que brillaba en sus ojos cada amanecer.
Hasta que se contestó: están en el cielo, porque es allí donde todos vamos a parar. La vida perfecta, la utopía vuelta realidad.
Así que, nunca le temió a la muerte.
No tuvo miedo cuando cogió una pistola y fue contra el Canciller Jaha.
No tuvo miedo cuando abordó la nave hacia la Tierra.
Y aunque siempre le asustó cuánto podía doler, o angustió sentir su desolación cuando se llevaba a alguien más, la muerte fue la sombra que siempre acompañó a Dharani Taylor en su travesía llamada vida.
Y entonces, no volvió a pensar en ella nunca más... hasta hoy.
La explosión fuera de la nave retumbó cada célula en su cuerpo y arrastró una parte de sí hacia una lápida que compartiría con Bellamy Blake.
Sin remedio, transformó su camino al cielo en un infierno.
Un infierno que se desató en la Tierra cuando varios alaridos de dolor robaron sus más puros deseos de un mundo feliz y fraternal, sumiéndola en la condena a la que aterrizó.
Les dejó morir, no jaló de la palanca hasta que la calma procedió tras la tormenta, y la luz del alba se adueñó de su campamento.
A partir de allí, comenzó el contacto con el exterior.
El aire era tóxico, de un aroma indescriptible.
Atravesó la tela de la entrada, y los cadáveres calcinados y las cenizas de la destrucción la dejaron paralizada en su lugar.
No hubo sobrevivientes.
Perturbada ―al igual que el resto―, caminó hasta el centro de la masacre con su gente por detrás, y sin poder mantenerse en pie por más tiempo, se dejó caer de rodillas entre los muertos.
Bellamy no estaba.
Finn no estaba.
Al menos no en carne y hueso; de los cuerpos calcinados no los podía reconocer.
Y el fuego, que siempre había sido su arma favorita para levantar una revolución, le terminó devolviendo el golpe con crudeza cuando devoró lo que más amaba. Pero así lo decía el dicho: "si juegas con fuego, acabarás quemándote".
―¿Dharani? ―murmuró con voz poca Clarke, pero la chica no contestó.
Entonces, ella no insistió. Por el contrario, cuando unas bombas de humo cayeron dentro del campamento, no tuvo tiempo ni para hablar.
El humo rojo que se desprendía de éstas abordaba todos los rincones del lugar, con somníferos que los hizo caer al suelo, inconscientes.
Hubo quienes cayeron al instante, otros lograron resistir. La castaña, siendo una de las pocas privilegiadas, pudo ver a la cara a su nuevo enemigo.
Trajes especiales, máscaras de gas y armas con apuntadores.
Pero no sólo eso, sino que también los escuchó.
―¡Señor! ―gritó uno que estaba de rodillas frente a ella―. Tiene que ver esto... Creo... creo que es ella.
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¹𝐐𝐮𝐞𝐞𝐧 𝐨𝐟 𝐀𝐧𝐚𝐫𝐜𝐡𝐲 ↠𝐁𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐁𝐥𝐚𝐤𝐞.
FanfictionSINOPSIS: Dharani Taylor, una chica de diecisiete años, aguarda su condena como prisionera juvenil en el Arca cuando descubre que varios reclusos serán enviados a la Tierra. Llamada la "Princesa de la Anarquía", llegará a la Tierra para convertirse...