SINOPSIS:
Dharani Taylor, una chica de diecisiete años, aguarda su condena como prisionera juvenil en el Arca cuando descubre que varios reclusos serán enviados a la Tierra.
Llamada la "Princesa de la Anarquía", llegará a la Tierra para convertirse...
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Dharani cerró sus ojos, dejando por un segundo que el recuerdo de sus padres la envolviese, como lo hacían siempre al consolarla por fallar. Porque sí, eso había hecho. Había fallado y de forma desastrosa.
El funeral de las almas pérdidas en el Arca todavía iluminaba tenuemente el cielo, como si enviasen resplandores de esperanza hacia el espacio, causando que ella se preguntase: ¿Quiénes eran todos ellos?, ¿Por qué lo hicieron?, ¿Fueron conscientes de lo que ocurrió, o los tomó por sorpresa justo como en la explosión del área obrera?
«¿Alcanzaron a despedirse de quienes amaban? ... ¿Y si esas personas eran los padres de quienes están aquí?, ¿Y si eran el resto de los prisioneros que quedó allá?».
Las palabras "Vale la pena morir si uno solo puede salvar a cientos" retumbaron en su cabeza, ahuyentándola como un decolorado recuerdo de las últimas palabras de su padre antes de morir.
Y entonces comprendió.
Peter Taylor había tenido razón cuando decía que ella no lo entendía, y seguía sin hacerlo tal vez. Dharani creía que los fallecidos del día de hoy habían sido una muerte sin sentido, en vano.
¿Y por qué? Pues, ellos podían haberse enterado de que la Tierra era habitable.
Y tras eso, sus ojos fueron a caer inminentemente sobre el culpable: Bellamy Blake.
El moreno no era consciente de la atención de Dharani, tal parece él tenía mejores cosas en las que pensar en ese momento. Su postura se encogía ensimismada, de seguro preocupado por su hermana, y consciente de su propia angustia por perderla.
Entonces, la adolescente suspiró.
«Ay Bellamy, si eres capaz de sentir un mínimo de remordimiento por tu hermana, ¿Por qué no puedes entender lo que sentí yo?, ¿Tan egoísta tuviste que ser? Arriba en el Arca, ¿Cuántos quedaron sin padres, madres, hijos hoy? No es tan difícil verlo para mí, pero ¿Por qué para ti sí?».
―Debemos hablar con ellos. Trecientos no serán suficiente ―pronunció Clarke, sacando a su compañera líder de la absorción.
Ella parpadeó, sacudiéndose de sus pensamientos y prestando atención.
―¿Cuánto tiempo crees que hayan ganado allá arriba? ―inquirió.
―Casi nada. Necesitarán más tarde o temprano. El nivel de oxígeno seguirá bajado, y la contaminación por metales causará daños en los habitantes ―murmuró en respuesta Clarke, girándose hacia Raven―. Si no les decimos que pueden sobrevivir aquí...
―Tendremos una lluvia de estrellas todas las noches ―completó Dharani en un murmullo.
«Y nosotros moriremos dentro de poco. Sin ayuda del Arca para el invierno y la guerra con los Terrestres, no lo lograremos. El caos nos consumirá antes de lo que pensamos».
