SINOPSIS:
Dharani Taylor, una chica de diecisiete años, aguarda su condena como prisionera juvenil en el Arca cuando descubre que varios reclusos serán enviados a la Tierra.
Llamada la "Princesa de la Anarquía", llegará a la Tierra para convertirse...
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#CapítuloLargo.
Dharani entreabrió sus ojos, despertando, en cuanto un suave movimiento sobre la cama la sobresaltó. Aquella sensación de cómo el colchón se hundía a su lado era algo que siempre la obligaba a reaccionar, ¿Y por qué? Bueno, porque comúnmente eso significaba que su compañero estaba preparándose para salir de la cama.
No era que la adolescente fuese una novia posesiva, cuya única ambición consistía en tener al hombre atado a un lado suyo, pero sí admitía que cuando dormía le gustaba que él se quedara ahí. La hacía sentir segura, y no podía sacrificar eso sólo porque Bellamy ya estuviese despierto.
«Es decir, tengo derecho a dormir, ¿cierto? No es que lo trate como si fuese una almohada, pero es que en el fondo lo es y pues, me gusta. Y ya mencioné que tengo derecho a dormir, ¿cierto? ¡¿Cierto?!».
―¿Por qué te estás moviendo? ―interrogó en cuanto descubrió que ya no podía volver a ese sueño feliz que tenía antes. Bellamy la vio, y por la mirada asesina que traía, descubrió que estaba enojada―. Oh, y ya te vestiste. ¿Por qué te vestiste?
Instintivamente, una sonrisa deslumbró el rostro del líder en lo que le acomodaba los cabellos rebeldes de su cabeza, siempre buscando entrometerse en sus ojos y nariz.
Dharani pudo devolverle el gesto con una mirada de estúpida enamorada, pero como le habían interrumpido su sueño de belleza, no había ninguna muestra de felicidad para él.
―Hay cosas que tengo que hacer afuera.
―Humm ―gruñó―. ¿Los Terrestres nos vinieron a atacar?
―No que yo sepa.
―Bien, entonces nadie va a morir si te quedas un rato más conmigo. Vuelve aquí y duerme. Tienes sueño y tienes que dormir.
―No tengo sueño ―le rectificó, divertido de cómo la chica podía argumentar cualquier cosa con tal de hacerlo regresar a la cama.
―Pero yo sí ―Dio suaves golpecitos a su lado―. ¿Recuerdas que somos un equipo? Si tú caminas, yo camino. Si tú peleas, yo peleo. Si yo tengo sueño, tú también.
―No creo que nuestro equipo funcione así ―Inclinándose hacia la cama, consiguió quedar más cerca de su novia, dado que así podía verla mejor―. Hay unos asuntos que resolver allá afuera, y si tú te quedas en cama es porque así me siento mejor, viéndote descansar.
―¿Así que mientras todos trabajan, yo duermo?
―Mientras todos duermen, tú te encargas de entrenar y vigilar el perímetro. Creo que están a mano ―Le acarició el rostro, descubriendo lo suave que podía sentirse su piel si tan sólo le tomaba un poco más de atención.
Bellamy notó como las mejillas de la chica poseían una tibieza exquisita, una que sólo tenía cuando se avergonzaba por él o venía recién despertando, y quizás era el efecto de sus caricias, pero aquel calor no lo pudo dejar de tocar.