Llegaron a casa de Javier, la suerte ya estaba echada.
-Margot, no pensé que fuera tan pronto, pero la empleada ya acomodo el cuarto de Darío -dijo con una seriedad que asustaba
-Sí, debí avisar que iba a ser hoy, pero con todo esto de la empresa y los trabajadores no he tenido mucho tiempo, espero no sea una molestia para ti -recalco Margot sintiéndose libre
-No claro que no lo será, se puede quedar el tiempo que quiera solo debe hacerme caso y estudiar yo no quiero sanguijuelas bajo mi techo –dijo mirando al menor de arriba a abajo
-Bueno Javier es hora de marcharme tengo sus maletas en el auto manda a alguien a que vaya por ellas -mientras oía decir eso el corazón se le deshacía por dentro, él no quería quedarse.
-Mama -suplico -no me dejes por favor considéralo quiero ir contigo
-Darío por favor no empieces con lo mismo ya no eres un crio -se acercó al joven le dio un corto abrazo y un beso en la mejilla -pórtate bien y estudia, haz caso en todo a tu tío y por favor deja de ponerte así, es tu tío él no te hará daño estarás bien así no te sentirás solo, adiós -dicho esto se marchó el menor escucho como el coche arrancó mientras la empleada entraba con las maletas.
-Llévalas al cuarto que ordenaste ayer -dijo Javier -y tú ya deja de tener esa expresión de temor en el rostro Darío tienes 16 años hasta cuando seguirás siendo aquel niño con miedos, las cosas serán muy diferentes aquí -le reprendió, el solo callo, no lo miraba a los ojos porque realmente le tenía miedo -ve e instálate en tu nuevo cuarto -termino por decir y se marchó, temeroso subió las escaleras mientras pensaba en que iría a pasar de ahí en adelante.
Una nueva casa, un nuevo comienzo por así decirlo, no empezó del todo bien. Javier entro en el cuarto del menor sin siquiera tocar la puerta.
-Desayunaste ya? -preguntó
-No, pero gracias no tengo hambre -dijo esperando que se fuera, intento fallido pues llamo a la empleada y delante suyo le dijo
-No importa que él te diga que no quiere comer tu dale desayuno almuerzo y cena, acá las cosas no serán como él quiere si no como yo te diga ¿entendiste Claudia? -acabo de decir, Darío lo veía perplejo la empleada sin decir una palabra asintió con la cabeza
-Puedes retirarte -dijo -y tu mientras vivas aquí harás todo lo que yo diga, ¡entendiste todo!
-No puedes obligarme a nada -le dijo con temor, y con poca de valentía, sin percatarse una bofetada golpeo su mejilla, una de tantas que iban a venir
-Mira Darío mi paciencia tiene límites, no los cruces porque esto será lo mínimo que recibirás por cada que me des la contra, baja a desayunar no te lo repetiré de nuevo -dicho esto salió, no quería bajar y sentarse en la misma mesa solo quería dejar de recordar toda la mierda que había vivido en esa casa.
Sin mas que hacer bajo rumbo al comedor se sentó con pocas ganas de acabarse todo lo que le habían preparado, cada bocado le sabia a nada, no podía concentrarse en nada de lo que hacía le costaba percibir el sabor, la frase "harás todo lo que yo diga" le asustaba temía que el.... no quería ni pensarlo era mejor olvidar todo e intentar hacer como si nada hubiese ocurrido
Después de cuatro años el aspecto de Darío no había cambiado mucho, seguía delgado pero no huesudo, tenia el cabello negro esto hacia resaltar su piel y sus ojos azules, tan azules como el mar. Era un chico bastante atractivo para quien sea que lo viera, mas en su escuela hacia lo posible por pasar desapercibido, llegándose a conseguir varios “enemigos” por no ceder a los impulsos carnales de aquellos que lo asechaban
Despertó con los toques molestos a su puerta, se limpio los ojos y desganado abrió la puerta, Javier se metió empujándolo
-Por qué demonios cierras la puerta con llave acaso te drogas no lo vuelvas a hacer porque te corto las manos –exclamo –te has fijado la hora que es, por si no lo recuerdas ya no vives cerca de ese colegio, alístate y baja ya a desayunar. Ni se te ocurra tardarte –dijo y salió de la habitación, Darío olvido ese pequeño detalle en efecto ahora le quedaba muy lejos su establecimiento.No paso de veinte minutos, ya estaban rumbo a su destino, llegaron al lugar el menor intento bajar sintió como de pronto Javier lo tomaba del antebrazo
-Tu madre dijo que eres experto en hacer tonterías así que obvia hacer eso mientras vivas conmigo, no quiero problemas ni malas calificaciones ¿entendido? –pregunto, el menor con miedo ya que él no buscaba los problemas, sino los problemas lo buscaban a él, asintió con la cabeza sin emitir sonido alguno, se encamino a su aula.
El día transcurrió como cualquier otro, el típico grupo “populares” molestando a los que no gozaban con sus privilegios, su preferido era Darío, ya que al tener un porte más delicado que ellos le lanzaban de apodos, bromas pesadas, en si prácticamente le hacían la vida imposible, el menor hacia lo posible por evitarlos, pero por mala suerte del destino ese día no logro hacerlo, le lanzaron una pelota y al dar un paso en falso cayo junto a otras tres jovencitas que no tardaron en armar tremendo alboroto, de pronto logra ver como los maestros se aproximan al lugar
-DiArco!!! Otra vez formando alboroto –dice una de las maestras, el menor se disponía a hablar, pero fue interrumpido por su tutor
-No queremos oír excusas baratas DiArco a la dirección y ustedes también, los demás a sus salones. –soltó mirando al menor con sarna, al ser el tutor del salón tenía todas las calificaciones y reportes hechos por otros maestros, notando que Darío solía ser un problema no solo para él.Las otras jovencitas no tardaron en quejarse alegando que el pelinegro las había empujado a propósito, claro no podían acusar al autor intelectual ya que se trataba de Mauricio el chico atleta que traía locas a todas, pero el sentía una fuerte atracción hacia Dario, se lo había mencionado una vez, el menor al sentirse confundió no acepto, aquel rechazo hizo que Mauricio encontrara en el menor, una víctima a quien hacer la vida escolar de cuadritos.
- ¿Tiene algo que decir? -pregunta el director con el ceño levemente fruncido, Darío no hizo mas que agachar la cabeza, sabía que tenía todas las de perder
-Qué no lo ve Sr. Director el que calla otorga este jovencito es un chico problema, si no es por conducta esta acá por sus notas, su madre lo tiene demasiado descuidado –expresó el tutor claramente molesto, mando a las señoritas a su aula y solo se quedaron con Darío –dígame ¿Su madre se encuentra con usted en casa?
-No, ella se fue de viaje -respondió en un hilo de voz entrecortado, llamarían a Javier el se lo advirtió –estoy solo –mintió creyendo que como en otras ocasiones dejarían pasar el incidente, mas no fue así, llamaron a su madre esta les conto que él estaba a cargo de un tío ahora, les dejo el número y procedieron a llamarlo, no pasó mucho llego se veía claramente molesto
-Buenos días, espero que lo que me tiene que decir sea sumamente importante, tengo el tiempo contado –dijo en tono frio
-Mire señor DiArco, el problema que presenta su sobrino es muy serio y se requiere tiempo -dijo acomodándose sobre su escritorio, como si se tratara de un asunto meramente serio
-Vaya al grano por favor, como le mencione no tengo tanto tiempo como para perderlo aquí, que hizo Darío -recalcó poniéndose de pie tomando del brazo al menor para que también se parara
-Uste...-fue interrumpido por el tutor -déjeme hablar a mi director -dijo mientras se acomodaba adelante de Javier tendiéndole la mano
-Un gusto, soy Alonzo el tutor del salón de su sobrino, mire el problema con su sobrino se nos está saliendo de las manos, sus notas, su conducta dan mucho de qué hablar y hoy fue exactamente por su mal comportamiento que lo mandamos a llamar, su madre no le da... -fue interrumpido por Javier que tenía el ceño completamente fruncido
-Mire usted, no sabe ni tiene porque hablar de mi hermana ella no tiene la culpa del comportamiento de mi sobrino, dicho esto paso a retirarme y bueno si su preocupación se debe a que él tiene un pésimo comportamiento y bajas calificaciones les ruego a ambos que dejen a un lado ese asunto de hoy en adelante no tendrán más problemas, hasta luego -dijo de una forma fría y cortante, salió tomando del brazo a Darío lo más fuerte que pudo, lo dirigió a la salida y lo tiro dentro de auto, sentía miedo y unas terribles ganas de huir.
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ALMAS OSCURAS / Nuestro eterno sufrimiento
RandomTras mudarse a la casa del hermano de su madre, su vida se convertirá en un averno, secretos y engaños giraran entorno a Darío, agobiándolo a mas no poder. Golpe tras golpe aceptaba su realidad día con día. El solo pedía una mentira bien formulada d...