CAPÍTULO XVI

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-Soy yo, pero disculpe ¿que dijo? – preguntó sorprendido, no le cabía en la cabeza que Dario se hubiese atrevido a denunciarlo.

-Traigo una orden de detención para Javier DiArco por maltrato intrafamiliar en segundo grado, señores deténganlo por favor – dio la orden mientras los policías se disponían a ponerle las manillas

-Un momento, suélteme – forcejeo – ustedes no pueden creer en las palabras de ese mocoso – siguio forcejeando, mientras los policías ya cumplían con su trabajo

-Señor DiArco, todo lo que pueda decir será usado en su contra, en la delegación se le dará mas información y se le asignará un abogado de oficio si no lo tiene.
Señores, llévenselo – dio la orden una vez mas y lo condujeron a las instalaciones policiales. En el camino Javier estaba que no aguantaba la irá, quería saber con precisión que decía la declaración de Dario. Al llegar lo condujeron hasta una oficina para que rinda su declaración.

-Exijo saber de que se me acusa -preguntó ofendido

-Señor DiArco, usted mejor que nadie sabe de que se le acusa, su sobrino lo denuncio por violencia intrafamiliar, tiene una orden parcial de detención, tenemos el informe forense, las pruebas concisas del estado en el que lo dejo y un testigo adicional – respondió poniendo unos papeles sobre la mesa donde se encontraba las fotos y toda la declaración que dio Dario, Javier la leyó de forma atenta solo hablaba de agresión en mas de tres ocasiones, alegaba que su madre lo dejo con él por motivos de trabajo pero en ninguna parte se leía algún tipo de agresión sexual. Era extraño que no haya mencionado aquello por lo que huyó esa noche

-Me permite llamar a mi abogado y luego rendir mi declaración – preguntó acabando de leer mas calmado la declaración de Dario

-Claro, adelante – dijo extendiéndole el teléfono y posteriormente saliendo del lugar.

-Aló, Pedro necesito tu ayuda

¿Javier? Claro dime, estoy a tu entera disposición

-Necesito que vengas a la delegación, tengo una denuncia por maltrato, tonterías que mi sobrino no aguanta, trae dinero y habla con alguien necesito salir hoy mismo

-Esta bien, no rindas tu declaración hasta que yo llegué

-Claro y averigua acerca de un tal Alejandro Ballesteros por favor, mi sobrino esta en su casa

-Claro, ya vengo.

Dario se encontraba un poco mas calmado luego que el doctor lo revisara y le diera los analgésicos correspondientes, este informo que no tenia nada fracturado, pero que por lo mínimo tenia una semana de impedimento, Alejandro se ofreció a cuidarlo mientras que Beatriz optó por dejarlos solos ya que el chico no mencionaba ni una sola palabra, se quedaba mirando un punto fijo en el techo o en cualquier otro lado. 

-Ven entra, sácate eso te bañaras -dice Alejandro conduciéndolo al baño, el menor obedeció se quito la polera sintiendo el aire correr por su espalda y a la vez un ligero ardor -esperemos que la crema ayude, hay algunas marcas reventadas por lo que veo – dijo tomándolo de la mano para que este entrara en la tina, el menor al hacerlo solo se sentó y Alejandro prosiguió a bañarlo, tomo el conducto de agua rociándolo por su cabeza, seguidamente su espalda, la sangre seca yacia remojada resbalándose por el delicado cuerpo del pelinegro, no oponía la mas mínima resistencia, solo arqueaba la espalda cuando el agua hacia contacto con sus heridas abiertas, lo tocaba con tal delicadeza cual poeta toca a su musa, el menor estaba tan lastimado que lo mínimo que podía hacer era intentar no herirlo mas, acabado el baño lo ayudo a salir de la tina, le dio un pijama y lo acostó para luego el hacer lo mismo, cuando el castaño se metió en la cama Dario automáticamente giro a su lado acercándose a su pecho.

-Tengo miedo -susurró -¿Porque a mi? – su voz se oía entre cortada, Alejandro que no supo que decir solo lo abrazo y beso en la frente.

-Descansa Dario, todo va estar bien, llora si quieres... estaré aquí para ti – se dispuso a responder

-E-es que no puedo.. que haré si el se queda preso, mi mama no querrá ni verme y yo la necesito, jamás me perdonara esto – dijo rompiendo en llanto, necesitaba sacar lo que llevaba, era tanto el peso y la presión que sentía, ahora mismo se encontraba en los brazos de aquel que también le hizo daño

-No fue tu culpa, no pienses en lo que viene, piensa en ti y en ahora dime que hubiera pasado si no salías de esa casa, quizás y ya estuvieses muerto en este momento, tu tío no se andaba con rodeos por la forma en como te dejo no pensó en que pasaría después – respondió abrazando mas el cuerpo del menor, a su vez de que a este se le pasaba por la cabeza el momento del porqué escapo, pero no se atrevió a decir nada y solo se acurruco mas en el cuerpo del castaño.

Ya en la delegación de policías, el abogado de Javier tenía todo a su favor, pidió que ser revisara las cámaras de la calle que daba a la casa de Alejandro notando que efectivamente Darío estaba ahí desde temprano y que lo metió dormido.

-Así que su "testigo" adicional no cuenta, uno por que este es menor de edad aún, dos por que el también agredió al chico en otras oportunidades y las cámaras del colegio en el que ambos estudia no me dejaran mentir y por ultimo y no menos importante la tarde de hoy el salía exactamente de la misma casa en la que ahora se encuentra – dijo el abogado en defensa de Javier, todo estaba arreglado para su salida pero el oficial de turno que atendió el caso se negaba a ceder, hasta que la cantidad en billetes aumento y Javier salió victorioso de aquel lugar llevándose consigo una patrulla para recoger a su sobrino con una orden de detención para Alejandro y su Madre si en caso seguían reteniendo al menor.

Se oían las sirenas en la casa de Alejandro, eso extraño a Beatriz quien se acercó hasta su ventana y pudo ver a una patrulla acercarse a lo lejos, en ese momento. Alejandro despertaba y apenas frotándose los ojos vio en su celular una llamada, volteando a un costado vio que el pelinegro aun dormía

-Aló? Con quien hablo

-Tu mejor que nadie me conoce, ¿declaraste en contra mía, no es asi?, seré claro tienes diez minutos para que Dario este en la puerta o si no te atienes a las consecuencias

-Un momento, eres el hijo de puta que lo golpeo asi, usted me cree tonto, el no saldrá de mi casa y no entiendo que hace con un celular si tiene que estar en una celda a punto de pudrirse ahí en este momento

-Saca a mi sobrino o tu madre y tú serán los que irán presos por retener a un menor de edad en su casa sin consentimiento de su tutor, tu bien sabes que tu estimada madre no puede recibir este tipo de sorpresas, que piensas que acaso no se que ella se esta muriendo por su mal del corazón, tu mamá es una bomba y en cualquier momento puede pasar lo que no te esperas. ¡Tu decides! – colgó

Alejandro se quedo atónito al escuchar eso, como es que sabia el estado de salud de su madre, se encontraba entre la espada y la pared preguntándose una y otra vez como logro salir si ya estaba detenido; justo en ese momento escuchó golpear la puerta de su cuarto, era su madre que preocupada le informo de la situación que vio por su ventana.

-Mamá vinieron por él, no podemos hacer nada – soltó de golpe

-¿que? Como salió libre, como lo sabes, no podemos dejar que se vaya con esa bestia, matará al pequeño, sobre mi cadáver lo sacan de aquí – dijo decidida, el castaño que ya sabia las consecuencias no tenía en mente arriesgar a Beatriz

-mamá ve y tráeme el teléfono que esta en tu cuarto haré una llamada me quede sin saldo, apresúrate – dicho esto Beatriz se apuró y al entrar a su habitación sintió como esta se cerraba de golpe y la llave giraba – mamá lo siento, pero tienes que estar bien – dijo dirigiéndose al cuarto de Dario sintiendo como su madre forcejeaba la puerta, al llegar a su cuarto, este ya estaba de pie como si estuviera esperando algo inevitable

-¿Debo irme no? -cuestiono con un conglomerado de lagrimas aproximándose por sus ojos

-Si, no hay nada que pueda hacer hoy, pero mañana a primera hora iré a la delegación. Intenta mantenerte tranquilo, llámame, no dejes de avisarme que pasa. Mamá estará muy preocupada – respondió acercando al chico hacia él, el celular sonó esta vez, era el mismo numero, así que ambos bajaron.

ALMAS OSCURAS / Nuestro eterno sufrimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora