CAPÍTULO XVIII

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-no puedo salir, tu sabes como esta l...

-que vengas maldito imbécil estoy a un paso de enviarle el video a tu tío, tienes 10 minutos, tienes que explicarme muchas cosas

Colgó, Dario no entendía a que se debía la petición tan drástica de Alejandro, si salía y Javier se daba cuenta la situación se pondría peor  por otro lado si no lo hacia y dejaba que Alejandro enviara el video se pondría mucho peor, lo grave era que Alejandro no se andaba con rodeos el tono en que le hablo se lo hacia saber, optó por salir prácticamente corriendo intentaría no tardar demasiado sea lo que sea que pasará, iba a ponerle un alto a aquella situación así tenga que decirle a Beatriz acerca de lo sucedido ya que consideraba que ella era la única que podía lograr controlar a su hijo.
Llego y un colérico Alejandro lo esperaba en la puerta, que ni bien bajo del taxi lo arrastró hasta su cuarto por el brazo bruscamente, lo tiro al piso con toda la fuerza que tenia haciendo que el menor impactara con la silla que estaba cerca

-¡Niégame esto! – le tiro las fotos partidas en dos y aquellas notas el menor que aun no entendía la situación, con cierto temor tomo las fotos y uniéndolas pudo verse ahí haciendo cosas que jamás hizo, seguido por notas que no tenían nada de cierto, se quedó boquiabierto, por que claramente era una trampa que le habían tendido y a la que Alejandro cayó

-No-no soy yo, te lo juro, yo no… jamás haría algo así – continuaba diciendo mientras Alejandro lo jalaba hacia él

-Ahora lo voy a corroborar – dijo tirándole sobre la cama, boca abajo mientras se subía encima, agarrándole torpemente con toda la intención de bajarle el pantalón y la ropa interior

-¿Q-que haces? – preguntó intentando sujetarse las pendras como podía, tenía el rostro hundido en la almohada y las manos luchando por algo que era casi imposible

-Ver si es cierto lo que ahí dice, a mi no vas a verme la cara de idiota, Dario que pataleaba y se estiraba no pudo evitarlo ante la fuerza y brutalidad que el castaño tenia sobre él,
Alejandro noto sorprendido como efectivamente existía rasguños y marcas de agarre en la parte de la cadera, sin pensarlo lo tiro al piso y se paro agarrándose la cabeza, con una rabia que no le cabía, Dario intentaba pararse de manera torpe arreglándose sus vestiduras ya entendía que era lo que quería "corroborar", la nota lo decía y el sabia muy bien que aun conservaba secuelas de aquella vez en que Javier lo violo pero no podía decirle, mas que por vergüenza por miedo a que Alejandro quisiera llevarlo de nuevo a la policía para poner otra denuncia

-¡¡¡Niégamelo ahora!!! – grito Alejandro girando al menor para propinarle tremenda bofetada, Dario poso las manos en su rostro con angustia, todo estaba perdido – niega que te revolcaste con Mauricio, quería creer en ti, en que no era cierto pero soy un imbécil, un idiota que confió en ti todo este tiempo, me das asco...

-no es lo que parece, escucham... – salió la segunda bofetada cuando apenas y se incorporaba

-que me vas a decir, que todo el teatrito con tu tío y tu "privada” vida eran falsos, me decías que te tenia como prisionero mientras salías a revolcarte con otros – salió la tercera mientras el menor apenas y se recuperaba del anterior golpe – pero esto no se va a quedar así, me oíste, no se va a quedar así – decía mientras se aproximaba a su computadora, el pelinegro que temía lo peor se dispuso a hablar, no tenía más recurso que ese

-q-que haces, por favor detente – suplicó

-¿que me detenga? – rio, tenia tanta rabia encima que no estaba pensando con claridad – con cuantos estuviste mientras te veías conmigo – gritó, el chico que miraba de lado sin saber que decir, intentaba formular palabras que no le salían – ¡¡¡con cuántos!!! – volvió a gritar y al no escuchar respuesta volvió a hacer lo que hacia

ALMAS OSCURAS / Nuestro eterno sufrimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora