CAPÍTULO XXIV

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Darío aún no lograba lidiar consigo mismo, la ansiedad que sentía por el miedo se lo impedía, cada día la pesadilla era la misma, gente rodeándolo, queriendo tocarlo, era frustrante no poder hacer nada, evitaba dormir, pero el cansancio se lo cobraba al amanecer, por otro lado, las cosas con Dorian parecían ir bien si no fuera porque el mayor quería tener sexo y el no, intentaba luchar contra sus traumas, pero le era imposible, ya que al sentir el mas mínimo intento se alejaba. Con Javier algunas coas habían cambiado, ya no le gritaba y se ponían a la mesa en una paz reinante ya que nadie decía nada, hasta hoy

-Papa, necesito pastillas para dormir -solto de repente, Javier que leia su periódico lo miro de reojo

-para que, ¿te causaras una sobredosis? No le veo la necesidad de que tengas esas pastillas -indicó

-no puedo dormir... las pesadillas son constantes, no me dejan en paz

-es increíble que no puedas lidiar con esos sueños estúpidos, como puedes ser tan inútil Darío, ya supera lo que paso, han pasado semanas Dom ha estado ayudándote, ya para con tu drama y avanza -dijo, Dario lo miraba desconcertado, era tan fácil para su padre decirle que avance y ya, pero el no estaba en sus zapatos

-quisiera que sientas todo lo que yo siento cada vez que cierro los ojos y se me cruzan las imágenes de eso tipos que tu trajiste para que me lastimaran, quisiera que sientas que es vivir con miedo todos los malditos días de tu vida, pero no, tu nunca lo sabrás, porque al que lastimaron fue a mi, tu simplemente te lavaste las manos, tu no sentiste nada, a ti no fue a quien le destrozaron la vida y los pocos sueños que ten... -fue interrumpido por una bofetada, las lágrimas que tenía acumuladas lentamente se desparramaban por su carita

-tus intentos por hacerme sentir culpable no funcionaran, deja de intentar algo que ocasionara que te rompa los dientes -dicho esto Darío salió prácticamente corriendo de ahí, Javier que se levantó con toda la intención de seguirlo fue detenido por Dom, quien había escuchado gran parte de la conversación

-déjalo, se siente mal no hay necesidad de que lo golpees -indicó

-está colmándome la paciencia, no quiero repetirle la posición en la que se encuentra, dile que pare con sus tonterías

-hablare con él, cálmate, pero es que no lo puedes tener aquí todo el dia como un encarcelado, necesita salir, socializar con más gente no solo contigo, con la empleada y conmigo, es parte fundamental para su recuperación -respondió Dom - deberíamos inscribirlo a algo, no se, natación talvez, o algo que le guste

-no creo que sea conveniente con el historial que tiene, no se si sea lo mejor que salga de esta casa

-entonces prefieres tenerlo bajo tus faldas todos los días, Javier el chico lo obligo -dijo algo cansado de la actitud de este

-no parecía tan obligado en esa grabación

-por dios, lo hizo parecer un prostituto con ese montaje barato que uso, eso no quiere decir que tu hijo sea así, vamos deja que vaya, tiene que salir le asfixia estar aquí


Javier no sentía que era tan buena idea, pero el también necesitaba evitar al menor, su presencia le fastidiaba, el verlo y pensar en Beatriz le era inevitable, ahora que lo veía bien, noto que los labios de Dario eran iguales que a los de Bea, sus manos y hasta su contextura. Debía encontrarla.

-esta bien, confió en ti no en el, pero a la primera idiotez se sale -respondió levantando su whisky, Dom le correspondió con el mismo gesto5


Dario luego del altercado subió a su cuarto pensando en todo el cinismo que tenía su padre, no sentía ni el más mínimo céntimo de culpa por lo que le había hecho, sabía que no era buena idea echárselo en cara, pero le era inevitable no decírselo, después de todo ya nada más podía hacerle. Se recostó en la cama pensando en todo lo sucedido, no procesaba del todo la situación, más aún cuando no sabía como es que acabo en brazos de su tía, sin que Javier lo supiera, claro estaba que Javier no tenía ni la más mínima intención de decirle, quería averiguar la verdad, pero no sabía de nadie que le ayudara a acabar con sus dudas, más que Dom, el le contaba que era muy amigo de Javier, pero no estaba seguro de preguntarle o no, a veces quería tenerlo cerca todo el momento, se sentía protegido con él, pero todo cambiaba cuando Dom intentaba tocarlo, volvía a sentirse indefenso y con el mismo miedo con el que siempre despertaba, intentaba soltarse más con él y evitaba estar triste, pero no era igual cuando estaba solo un constante flash back por su cabeza lo aturdia no tenía paz, de algún modo su compañía hacia todo más llevadero, pero sus constantes acercamientos le aterraba y aunque sentía que si quería, no podía corresponderle más allá de que no fuera un beso. De pronto sintió como se abrió la puerta, todos su pensamientos se esfumaron, como si de polvo se tratara

-Mi amor ¿estas bien? Que fue todo eso, no provoques a Javier, sabes como se pone, trata de evitarlo, pídeme las cosas a mi - indicó el mayor acariciándole el cabello

ALMAS OSCURAS / Nuestro eterno sufrimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora