CAPÍTULO XXIII / Oportunidades

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Tiempo atrás...

-por dios Beatriz que haces aquí de nuevo -pregunto preocupada al ver el semblante de su amiga - ¿y tu bebe?

-Gracielle... mi bebe murió, perdí a mi hijo, nació muy pequeño tanto que no pudo mantenerse con vida -respondió llorando mientras la abrazaba

-p-pero, ¿tu cuñada, Javier, donde están ellos? -la sostenía contra su pecho, no procesaba la situación, todo se veía con una vista tan distinta que gracielle no entendía nada

-Ella dijo que Javier no quería verme más, que fue mi culpa que perdiera a su hijo... lo arruine, lo arruine de nuevo, debí cuidar mejor a nuestro bebe, estoy destrozada

-No lo puedo creer, es un maldito desgraciado, como se atreve a decir eso si el fue quien mando a golpearte aquella vez

Beatriz la miro más que confundida, con los ojos más llorosos aun - ¿Qué dijiste?

-tiempo después de que te fuiste vinieron de la policía para que sentaras la denuncia contra los que te violentaron porque ya los habían encontrado, como no estabas me llevaron a mi como testigo, cuando me permitieron hablar con uno de ellos, me contó lo que paso; Dominic les pago para que te dejaran casi muerta, Javier estaba tras de todo, no quería que el bebe naciera... Beatriz es duro pero debes asimilarlo, eres joven tienes diecinueve años... olvida ese tipo de una vez, volvamos a trabajar veras que con el tiempo la herida estará mas que cerrada

-será lo mejor... no quiero saber nada más de él, nunca más...

Y asi fue, no volvió a mencionar a Javier ni a su hijo, quería enterrar el recuerdo de ambos para siempre quería evitar que todo lo sucedido afecte a su futuro, callo y evito por completo tocar ese tema aunque en ese sitio le era casi imposible, le recordaba el corto y alborotado amorío que la destrozo por completo.

Tras mese ahorrando logro su cometido y se mudó a la ciudad, comenzó su nueva vida comenzando a trabajar en uno de los hoteles más grandes de esa ciudad, su belleza no pasaba desapercibida y al ser la más joven era muy atrayente, tanto que el mismo dueño, Adrian Zulevan, no se resistió al encanto, belleza y juventud de esa señorita, tanto que firmo el divorcio con su ex esposa para casarse con ella, Beatriz al estar tan necesitada de amor le fue mas gratificante que Adrián tuviera dos hijos, necesitaba brindar ese amor de madre que se le había quedado estancado en el pecho, sin pensarlo acepto y se casó con un hombre que más tarde que temprano comenzó a olvidarse del amor que le tenía.

Siete años después

-Cómo pudiste engañarme de esa forma... di todo por ti y me mentiste - dijo Beatriz entre lágrimas luego de encontrar al que creía su otra mitad, con su secretaria a punto de intimar encima de su escritorio

-Cariño, podemos arreglarlo, cual es el problema, somos una pareja pública, feliz y estable... ella me provocó, tu sabes que te amo - respondió tomándole la mano, pero ella se soltó del agarre más que ofendida

- ¿Qué cuál es el problema? El maldito problema es que no es la primera vez que lo haces, ¡tres veces, tres malditas veces te perdone! - le recriminó, estaba cansada del engaño, el cambio jamás se hacía presente en su esposo, lo amaba, pero tenía que parar - quiero el divorcio...

-No puedes hacerme esto, no te daré el divor... - fue interrumpido

-No quiero ni un solo centavo tuyo, no me interesa tu dinero, solo que esto termine, por el bien de ambos. Tu no me amas, solo quieres guardar las apariencias como una pareja conservadora ante todos. - salió llorando, no podía aferrarse a una mentira, bastante dañado tenía el corazón

ALMAS OSCURAS / Nuestro eterno sufrimiento Donde viven las historias. Descúbrelo ahora