—¿Y por qué tengo que dormir con él?
—Con él estarás más segura, ya lo verás —contestó Allan en un intento de calmar a la joven, la cual ya estaba perdiendo los estribos con tal situación.
Los tres chicos se encontraban sentados alrededor de la chica, la cual todavía seguía atada tanto de manos como de piernas, consiguiendo así inmovilizarla de forma completa, pero lo que ninguno de los tres se atrevía a hacer era volver a cubrir sus labios. Más que nada, por el posible mordisco que se podrían llevar como respuesta.
—¡Ya claro, seguro que sí, y todo después de secuestrarme! —exclamó, por lo que al momento James se levantó de su sitio y posó ambas manos sobre los labios de la chica aún con el ceño fruncido.
—No levantes la voz o te volveré a callar a la fuerza —susurró con algo de ira y de desesperación en su voz. Rápidamente Charlote bajó su mirada y esperó a que el chico por el que estaba enamorada se apartase.
Aunque ella lo negase profundamente, James aún la hacía sentir como si fuese el único hombre en la Tierra, haciendo que sus sistemas de defensa bajasen hasta quedar rebajados al cero, y todo por el simple beso que este le había robado sin siquiera saber las consecuencias que estaban repercutiendo en su forma de percibir al chico.
—Bien, ya se hace tarde, así que nosotros ya nos iremos a nuestras casas. Espero que mañana ambos sigáis de una misma pieza —dijo Connor a la vez que le daba un pequeño golpe en el hombro al menor de los presentes, el cual rápidamente volvió en si y se puso de pie al momento.— Hasta mañana, queridos.
—Hasta mañana —susurró Allan justo antes de cerrar la puerta tras él y salir del establo con media sonrisa junto a Connor delante.
—De acuerdo, vamos a mi cuarto ya, cogerás frío si no —dijo James una vez que quedaron solos, mientras se volvía a acercar a la chica, ayudándola a ponerse de pie.— Vamos, ponte de pie y por favor, quédate callada o sino, tendremos problemas.
Charlote solo pudo asentir a la vez que agradecía con un gesto de cabeza a la ayuda que este le había brindado al facilitarle el ponerse de pie.
En silencio y con la chaqueta que el chico había llevado puesta en todo el viaje de ida y vuelta sobre los hombros de Charlote para evitar un resfriado, caminaron a paso rápido hacia la habitación de este en un intento de no encontrarse con nadie que trabaje en palacio, y mucho menos, con su madre o con el novio de esta.
Una vez dentro del cuarto y con la puerta cerrada, ambos se quedaron en silencio mientras que ella se sentaba en la cama aún atada de manos y piernas, mientras que él se dirigió a su vestidor y comenzó a desprenderse de su ropa.
—¿Dónde se supone que debería de dormir? —preguntó ella a la vez que se ponía de pie en un intento de llamar la atención del chico y, con pequeños saltos, consiguió llegar a la puerta del vestidor.
—Dormirás en mi cama y yo en el sillón de allí —al decir esto, James dio media vuelta, dejando a la vista de la chica el bien esculpido torso que se había conseguido gracias a su trabajo constante y sus años de experiencia en la caballería.
—E-ehm... Cla-claro —esto fue lo único que pudo decir a la vez que se quedaba sin habla y con su mirada fija en el torso completamente desnudo del chico que le había robado tantos suspiros enamoradizos.
—Bien.
Él no dijo nada más y dio media vuelta, comenzando a desabrochar el cinturón que ayudaba a sus pantalones a quedarse sujetos alrededor de su cintura, por lo que Charlote tomó como advertencia de que podría ver más porción de piel del chico pero, involuntariamente, su cuerpo reaccionó dando un pequeño salto en el sitio y alejándose de la puerta del vestidor.
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♔ Entre el amor y la guerra
RomanceDespués de que el futuro rey se escapase del castillo vestido de pordiosero y, para su suerte, encontrase al amor de su vida sirviendo vino en una de las tabernas del reino de Newcastle, sus vidas cambiarían tanto, que no habría ninguna manera de da...