—¿Qué haremos con ella? ¿La llevaremos en caballo y con los ojos vendados por todo el viaje? —preguntó Connor mientras que veía como la chica respiraba plácidamente, dando a entender que se encontraba dormida.
—No lo sé, sería algo complicado llevarla sin que descubriese nuestras identidades.
—La mía ya la sabe —James dijo con la mirada fija en un punto cualquiera del establo en el que habían pasado la noche, mientras que masticaba lentamente el trozo de pan que habían conseguido de una panadera generosa.
Connor escupió el trozo que se encontraba en su boca, tosiendo al momento, mientras que Allan simplemente abrió bien la boca y se mantuvo con los ojos bien abiertos. Ambos se habían sorprendido por la inesperada aclaración de James.
—¿Q-que qué? —dijo por fin en un susurro Connor, mientras que el menor solamente seguía sin decir nada. James solamente volvió a alzar ambos hombros justo antes de volver a masticar otro trozo de pan.
—Pues eso, solo le dije ''Ya todo pasó'', ella dijo ''¿James?'', y se durmió.
Sus dos amigos no volvieron a decir nada más, haciendo que les envolviese un silencio que al final se prolongó hasta que la chica que se encontraba tendida sobre aquel cajón de paja dejó escapar un sonido gutural que les hizo a todos girar su cabeza hacía esta.
—Vamos a destapar tus ojos y tu boca, pero al mínimo grito, volverás a quedar sin esas facultades, ¿de acuerdo? —Connor dijo mientras que se acercaba a ella y se colocaba tras su cuerpo, con las manos alrededor de la cinta que cubría sus ojos.
La chica movió ligeramente su cabeza hacia arriba y hacia abajo, esperando por las acciones del que estaba detrás. Segundos después, cuando esta tuvo sus ojos descubiertos, tardó en acostumbrarse a la poca luz que las velas, antes encendidas por ellos, emanaban.
Sus fuertes ojos marrones viajaron alrededor de los dos presentes, y cuando se posaron en James, estos se abrieron de forma abrupta y un fuerte sonido salió del fondo de su garganta a la vez que fruncía su ceño. Al momento, Connor bajó la venda que tenía sobre los labios y un fuerte grito salió como respuesta.
—¡Tu! ¡Maldito imbécil! ¡Me das un solo beso, me abandonas y encima ahora me secuestras! ¡¿De qué vas?! —exclamó ella a la vez que echaba su cuerpo hacia delante con su rostro completamente enrojecido.
James no dijo nada, solo bajó la mirada y comenzó a entrelazar sus dedos en constante nerviosismo, solamente pudiéndose concentrar en su propia respiración y en no parecer un imbécil. Aunque a los ojos de ella ya lo era.
—Idiota...
—¡Oye, que yo no te abandoné, te fuiste tu sola! —exclamó algo enfurecido James, cambiando drásticamente su comportamiento.
—¡No me vengas con esas, yo no fui quién te besó y luego se fue, prometiéndome algo que nunca podrías darme! —volvió a gritar Charlote de nuevo a la vez que se removía en el sitio.
—¡Estás inventando cosas! ¡Era imposible lo nuestro; tu te ibas a casar con mi primo mientras que yo seguramente encontraré alguna chica más en Edimburgo!
Ahí fue donde Charlote quedó sin palabra alguna mientras que bajaba esta vez ella su cabeza, mirando sus piernas extendidas sobre el cuadrado de paja en donde la habían tumbado.
—Después de este extraño y sincero inciso, ¿qué os parece si seguimos nuestra marcha? Ya llevamos dos días de viaje, y si mis cálculos no fallan, podremos llegar en 1 día y algo más a palacio —explicó Connor a la vez que se ponía de pie y se volvía a colocar mejor sus ropas, las cuales ya estaban bastante arrugadas por los constantes días de viaje.
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♔ Entre el amor y la guerra
RomanceDespués de que el futuro rey se escapase del castillo vestido de pordiosero y, para su suerte, encontrase al amor de su vida sirviendo vino en una de las tabernas del reino de Newcastle, sus vidas cambiarían tanto, que no habría ninguna manera de da...