| ℂapítulo 19

9 3 0
                                    


Con la mirada al frente y con sus dos amigos tras él, pasaron de nuevo por al lado de un guardia el cual custodiaba lo que parecía ser el pasillo principal que daba a las salas más significativas de un palacio, como la sala del trono o el comedor.

—¿Por qué todos los guardas se ven tan fuertes y enormes? —escuchó como Allan decía desde atrás del todo de la pequeña fila que formaban los tres.

—Y los que no son enormes, son elfos o criaturas extrañas —bufó después Connor, chocando de pronto con la espalda de James por el parón que había hecho, haciendo también que el menor de los tres cayese.— ¡Eh! 

—Shh, quedaos en silencio un momento.

Los tres guardaron silencio como James había indicado, y se pudieron escuchar varias voces femeninas en la segunda planta, justo al lado de las escaleras y, mientras se hacían más cercanas, los chicos se metieron más en el pasillo contrario, dejando a James en la esquina y verificando que su objetivo se encontraba entre esas voces.

Y ahí estaba, su querida Charlote, la cual estaba envuelta en un precioso vestido verde con grandes mangas que dejaban apenas a la vista sus preciosas y delicadas manos, mientras que su cabello se encontraba medianamente recogido, y lo que estaba suelto caía por sus hombros algo descubiertos junto a su cuello.

Esta andaba cabizbaja mientras que caminaba tras su madre —la cual tenía su cuerpo entre las telas de un vestido algo apretado que hacía de sus pechos unos de mayores proporciones, y a propósito— mientras que esta hablaba de forma animada y juguet...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esta andaba cabizbaja mientras que caminaba tras su madre —la cual tenía su cuerpo entre las telas de un vestido algo apretado que hacía de sus pechos unos de mayores proporciones, y a propósito— mientras que esta hablaba de forma animada y juguetona con una pareja que aparentaba ser mayor que la propia reina.

James observó como la más joven solamente prestaba atención a sus pies y a como estos pegaban pequeños golpes a la parte baja del vestido a cada paso que daba. Su madre, por la expresión de desconcierto que puso de un momento a otro, dio a entender al muchacho que la observaba que su madre le había llamado la atención o algo por el estilo.

Esta intercambió varias frases con su primogénita y, con una reverencia se despidió de los invitados y, allí de pie y completamente inmóvil, vio como tanto su madre como la pareja desaparecieron de su vista por el pasillo contiguo a donde estaban. Suspiró pesadamente y dio media vuelta, volviendo a subir las escaleras mientras cogía su vestido para facilitar su caminar.

—¡James, reacciona! —la voz de Connor y un golpe en su brazo hizo que saliese de la burbuja en la que había entrado por culpa de su amor perdido.

—Ella está arriba, la vi ahora subir por las escaleras de allí y luego giró a la derecha, así que allí deben de ser las habitaciones —explicó mientras se ponía en posición de cruzar el pasillo hacia las escaleras.—¿Vamos o no?

Sus dos compañeros de fechorías no dijeron nada, pero ambos hicieron varios sonidos de asentimiento mientras se colocaban en la misma posición.

James miró hacia los lados, fijándose en los pasillos de los laterales que conectaban con la escalera que llevaba al segundo piso, y corrió mientras se agachaba. No dudó de que sus amigos lo seguían puesto que escuchó sus pasos rápidos y ágiles como los suyos tras él.

♔ Entre el amor y la guerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora