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-¡Ah, siento que estoy perdiendo el control de toda la situación!- grito YoonGi entrando al lugar.

-Han pasado años y sigue viniendo aquí a quejarse- suspiro el vidente- Le dije que no tenía ya nada que ver con usted.

YoonGi lo observo mas calmado- Es que no sé que hacer, estoy cayendo por ese niño cada vez más, mi madre sabe de esto pero necesito una cosa para ser rey, esta escrito que debo ser rey.

-Ay, su majestad, el destino tiene preparado algo especial para usted, ya se lo había dicho, no tiene que preocuparse por nada de eso.

-Sabes que sin descendencia no soy nadie en esa linea. Pasara a otras manos el reino y no puedo dejar que el pueblo permanezca así.- YoonGi debía explicarse bien en voz alta, podía ser que así encontrara una solución mas eficaz.

-No sé que decirle. Ha aceptado su destino y solo debe esperar. Todo este tiempo es lo que le he dicho.

El príncipe se recargo en una pared jadeando, estaba cansado de todo eso. No podía seguir pensando en lo que implicaba su destino.
Se estaba haciendo viejo, su destino era un niño, no podría tener descendencia y su vida se arruinaría poco a poco.
Empezó a imaginar los posibles escenarios al romper su compromiso con JiMin y buscar una princesa que necesitara de una boda urgente.

Tan solo pensar en dejar a JiMin le dolía pero creía que la mejor manera era conseguir una princesa adecuada para reinar.

Debió pensar desde el principio en su pueblo. No en si mismo.

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