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YoonGi estaba enojado consigo mismo. Había lastimado a su pequeño y es que no había medido sus palabras. No tenia claro el por qué le había afectado pero el caso era que estaba hecho.

Incluso la princesa se veía rencorosa respecto a lo sucedido y eso lo frustraba mas.

Aun seguía en su mente el mensaje de la reina Sumin.

Todos en este castillo agradecen enormemente que hayas aceptado el compromiso con esa princesa. Ha sido un gran honor tenerte como invitado especial en nuestro hogar.
Poco a poco JiMin tendrá que dejar de visitarle. Debe darles espacio como pareja. Y tiene que encontrar a alguien que sea capaz de darle hijos. Espero tratar este tema personalmente.

-Sumin

Realmente le frustraban las intenciones de la reina.

Sabia que desde un principio no había aceptado ese compromiso pero le dolía ver la felicidad con la que le decía acerca de su pareja. Era los que había esperado todos estos años.

Y sintió como si le hubiera caído un balde de agua helada al escuchar la confesión de su madre.

-JiMin tiene que cuidarse para que pueda concebir- fueron las únicas palabras que mencionó cuando ya no habían visitas en el castillo. Era algo serio y secreto.

Quería arrancarse el cabello por eso. No podía ser que su matrimonio estaba demasiado cerca.

El cumpleaños de su niño estaba ya a las puertas y no sabia que hacer.

El vidente se lo había dicho, no hizo caso a su destino.

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