Un viaje juntos

El viaje continúa

La noche pasaron unidos uno a otro, las manos entrelazadas eran signo evidente de su amor.

Transcurrió la noche más tranquila para aquellos viajeros, fuera se podían escuchar los cantos de los grillos al entonar suavemente.
Por la mañana el dulce piar de las aves despertó los brillantes ojos jade. Una dulce sonrisa se desembocó con un sonrojo al ver a su amado frente a ella, con los ojos cerrados, su respiración era tranquila y suave, se notaba claramente que estaba descansando.
Verlo dormir para la pelirrosa era tan agradable, que incluso podía verlo de la misma manera todo el tiempo que pudiera.
Ese era el plan, verlo dormir hasta que abriera los ojos y la sonrojara de la vergüenza por estarlo mirando.
Y se le ocurrió una mejor idea...

-Podría prepararle el desayuno a Sasuke-kun Uhm....
Se que a Sasuke-kun le gustan los tomates- pensó con el dedo en la barbilla.
-Puedo hacer...
¡Una ensalada!, no la he preparado ya antes con él- bajo la mirada decepcionada.
-¡Oh! La receta de mi madre, esperó que le gusté - sonrió tiernamente.

Con cuidado bajo de la cama con tranquilidad retiro las sabanas de la cubrían y vio su cuerpo desnudo, recordó lo que había ocurrido la noche anterior.
Recordarlo le provocó el sonrojo más grande de toda su vida, sentía tan claro, como las orejas y mejillas le quemaban de lo rojas que estaban.
Corrió al baño, se lavo la cara, se vistió con ropa cómoda e intento salir lo más serena que pudo. Se dirigió a la cocina y se dispuso a hacerle el desayuno a su compañero.

Mientras tanto Sasuke, hace tiempo había despertado, mucho antes que la mujer. De igual manera la vio dormir, aprecio tanta bellaza y dulzura.
Con tranquilidad esperó en la cama recargado en la cabezera de la misma, muchas cosas pasaban por su mente, "¿Qué hacia la pelirosa?" era una de ellas, ciertamente no hallaba la respuesta a porque no se levantaba y la buscaba, pero algo se lo impedía, así que solo se sentó en la cama a esperarla.

Su espera se torno tan corta. Unos tranquilos y lentos pasos se hacían escuchar muy débilmente. La puerta de abrió dejando ver los hermosos ojos color jade de la joven; una bella sonrisa se desató de sus labios, al ver a su amado despierto mirándola asombrado.

-Despertaste- sonrió con los ojos cerrados.

Tranquilamente camino con una pequeña mesa entre las manos, con delicadeza la colocó en las piernas del azabache, este con los ojos abiertos por la sorpresa...

-Gracias- alcanzó a decir en su estado de shock.
Sinceramente no se imaginaba que le llevaría el desayuno a la cama.

-Es sopa de tomate. Esperó que te guste- volvió a sonreír.
-De nada- tan solo dijo.
Tranquilamente dio media vuelta y camino rumbo al baño, se ducho, se puso ropa cómoda; que consistía en unos pantalones blancos hasta los tobillos y un suéter holgado color verde claro.
Con serenidad salió del baño y encontró a Sasuke sentado sobre la cama observando algo.

-¿Sasuke-kun?- preguntó.
El nombrado tan sólo miro de reojo.
-Puedes ocupar el baño- dijo tranquila.
-Ump- regresó la mirada a lo que sostenía.

La pelirrosa camino a la sala y el azabache al baño, cada uno perdido en su mundo.
Por un lado Sakura estaba desconcertada por el comportamiento del Uchiha, -Tal vez no le gustó la sopa- pensó.
Por otro lado, Sasuke no dejaba de pensar...

Finalmente llego la hora en la que su viaje tenia que continuar.
Ambos viajeros estaba listos para seguir.

-Sakura- llamó el joven.
-Si- contestó.

Fue hasta donde el Uchiha. ¡Que sorpresa mas grande verlo con el pocho que ella misma le había obsequiado!.
Jamás había pensado verlo con él, incluso había llegado a pensar que tal vez no era su estilo, pero debía admitirlo. ¡A ese hombre le quedaba todo bien! Bastante bien pensó ella.