Otra Oportunidad. ➳ z.m

➳050.

  💓Solo te pido que Votes en la novela, sirve de mucho💓 Gracias {no lectoras fantasmas}

⛔Las invito a leer la nueva novela que se encuentra en mi perfil se llama Change My Life⛔

📎📎📎  

Así seguimos durante toda la tarde, caminando por aquella feria que se encontraba en el lugar cerca del muelle y discutiendo sobre cosas sin sentido como toda mejores amigas, subimos a algunas de las atracciones de aquel raro parque, incluyendo la rueda de la fortuna, Emma casi vomita en la parte superior, sufría de vértigo y maldije por hacerla subir, en tanto solo reía por el comportamiento de mi amiga.

— Eres lo peor —se apoyó sobre mis rodillas para respirar una vez que bajaron de la rueda—. Tonta, estúpida, mala Amiga —comenzó a maldecir en voz baja y yo solo reía.

— Aun así me Amas —reí— Admítelo si no hiciera cosas como esta no seriamos Amigas.

— Touche —se colgó de mi brazo— ¿Qué hora es?

— Las... —mire mi teléfono—...cinco de la tarde.

— Que rápido pasa el tiempo —sonrió—Es así cuando te diviertes.

— Aja, ¿has visto tu teléfono? Tengo un par de llamadas perdidas. —revise en mi teléfono—. Y tenía algo que hacer hoy —hice una mueca— Maldición —comencé a teclear.

— ¿Qué cosa? —dijo mientras se echaba unas patatas a la boca que había comprado en un local cercano.

— Iba a acompañar a Kelly a buscar a su prima a la estación —no obtuve respuesta y volteo a mirar a Emma, quien corría a uno de los cubos de basura, guarde mi móvil sin enviar el mensaje aún— ¿Estás bien? — Pregunte mientras acariciaba su cabello y Emma vomitaba.

— Me veo bien. —Respondió en el tiempo libre que le dio antes de devolver de nuevo— ¡Auj! qué asco —se limpió la boca con la manga de su chaqueta— Esto es pésimo.

— Mañana iremos al Hospital para que te hagan pruebas de sangre —le di su botella de agua para que se enjuagara la boca.

— No... —botó el agua en el basurero— No quiero hacerlo —se mordió el labio.

— Entonces como quieres saber si estas embarazada o no —rodé los ojos y le pase el brazo para que caminaran de vuelta al auto.

— No quiero saberlo —soltó una risita nerviosa—¿Ya nos vamos?

— Dudo que quieras quedarte —reí y recordé mi teléfono— Mierda. —Termine de escribir.

— Estas maldiciendo mucho. —ríe— ¿A quién le escribes?