Te Seguiré Amando

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K a r o l

¿Donde diablos nos encontrábamos?, ni tenia la menor idea pero estaba agradable al lugar donde nos estabamos adentrando.

Era como tipo bar y vendían comidas rápidas, me encanta pense.

Dave me llevaba hasa mas alla donde habia una mesa que al parecer habia Pedido él.

- Y donde se supone que esta la sorpresa?.

Dije riendo a lo cual el rodo los ojos.

- Supongo que aun no llega.

Sentenció sentándose en la mesa a lo cual lo seguí.

Un mesero se hizo presente para traernos la carta.

- Pide todo lo que quieras Ka, yo pago.

- Supongo que comere todo.

Dije mirando cada uno de los deliciosos platos que habían en el menu.

- Si tu lo dices.

Dijo llamando nuevamente al mesero, él cual llego con su libreta de apuntes para escribir el pedido.

- Quiero un Vodka.

Señaló Dave con una sonrisa.

- Para la señorita?

- Un sándwich de atún con un pastel de fresa, postre de durazno y un jugo de naranja estaria bien.

- solo eso?

- por el momento si , gracias.

El mesero asintió y Dave mi miro divertido por lo que acababa de pedir.

- Tengo hambre, como por dos.

Explique sonrojada y el sonrió ante mi cara de disculpa.

- Lo siento Dave se me hizo tarde, habia mucho tráfico.

Mire el chico que se habia hecho presente en nuestra mesa.

Alto, piel blanca y suave. Ojos mieles y cabello rizado.

Es jodidamente lindo.

- Guardate tus disculpas para después.

Replico Dave fingiendo estar indignado.

- Lo siento.

- Te presentare a una amiga, ella es Karol Sevilla.

Dijo dave y yo asentí sonriente.

- Es un gusto.

Sonrio él chico y me sonroje.

- Karol él es Alex Smith, Un amigo.

- Es un gusto

Salude con una sonrísa.

Hablamos de muchas cosas y por un momento me olvide de Ruggero y las estresantes horas viviendo con él.

Él tiempo se paso muy rápido y me despedí de los dos cuando me fueron a dejar a la mansión.

Alex me dio un beso en la comisura de mis labios y me sonroje.

Se fueron y vi a Ruggero en la ventana.

Presencio todo.

Sin embargo no me importa, quiero que sufra por todo lo que me hizo pasar y no pienso perdonarle.

Entre en la mansión y una de las empleadas nuevas me saludo amigable, subí a mi habitación y cuando iba cerrar la puerta detuvieron él paso.

Ruggero.