CAPÍTULO 28

51 10 2
                                    

Hemos estado "trabajando" durante media hora, y digo "trabajando" porque cada dos por tres hacemos alguna tontería. Me siento realmente cómoda al lado de Evan, claro cuando no saca su lado idiota.

Estoy leyendo un artículo sobre las aduanas de Honduras para el trabajo, pero Evan está jugando con mi cabello, me quiero enojar con él por no hacer su parte. En lugar de eso, una sonrisa estúpida asoma en mi cara. Levanto mi rostro y lo veo, él me da otra vez esa sonrisa destruye interiores y yo ruedo los ojos.

Después de un rato por fin tenemos más de la mitad del informe, me da hambre y le pregunto si quiere comer; se lo toma a doble sentido y finge estar ofendido. Yo bufo y me voy a la cocina.

–No te enojes loca – me dice llegando a la cocina.

–No estoy enojada – le respondo sirviendo dos platos.

–Como digas ¿Te ayudo? – pregunta acercándose a mí.

–No, bueno si quieres lleva los platos al comedor – le digo y él se acerca más.

–¿Sabes por qué no me he podido concentrar? – me lo pregunta casi en un susurro con voz ronca y siento que mi cabello se mueve por su aliento, erizando mi piel.

–No – respondo y trago en seco.

–Por ese maldito short que tienes puesto – por inercia muevo mis ojos y veo mis piernas – me tiene como un loco y me he estado aguantando las ganas de... – no dice nada más.

Yo me doy la vuelta y quedo frente a él, está tan cerca que mi frente y su nariz se rozan. Tiene los ojos cerrados con fuerza y sus manos en puños. Por un impulso que no sé exactamente de donde me apareció, acaricio su nariz con la mía, le agarro sus manos y Evan abre sus ojos.

Me ve directamente a los ojos y hay algo en ellos, un destello oscuro y tentador que nunca había visto. Los vuelve a cerrar y niega repetidas veces, suelta aire por su boca y relaja sus manos. Vuelve a mirarme y esta vez es como si me pidiera permiso para hacer algo. Y lo único que hago en asentir.

No sabía a qué decía que sí, pero en el momento que tomó mi cintura y unió sus labios a los míos, tuve la respuesta. Este beso era completamente diferente, era urgido, necesitado y feroz. Había leído de ellos, pero nunca me había pasado hasta hoy. Con torpeza puse mis manos en su cuello y lo acerqué más.

Me estaba empezando a faltar el aire y a él también, nos separamos un momento y nos miramos a los ojos. El mismo destello estaba en ellos, pero ahora más tentador que antes. Sin darme tiempo a nada vuelve a besarme y yo le devuelvo el beso con la misma intensidad.

Todo en mí mente se nubla, solo me estoy dejando llevar por las sensaciones nuevas que Evan me provoca. No es hasta que él sube su mano derecha y la mete por debajo de mi camisa que mis sirenas se encienden. Me separo rápidamente, mi pecho subiendo y bajando al igual que el de él.

–Lo siento – me dice con la voz más ronca y los labios rojos.

–Ah... yo... si... no – mi mente sigue confusa.

–Jam, de verdad, yo... – pasa sus manos por su cabello y niega dos veces – Joder tú... – sonríe y se muerde el labio inferior.

–Evan, esto no... – me interrumpe.

–No digas nada. Solo vamos a comer ¿sí? – sé que trata de aligerar el ambiente.

–Claro, lleva los platos y yo la limonada – él asiente y agarra los platos.

¿Qué rayos pasó? – me pregunto yo misma y tomo aire.

Mientras comemos no hay una sola palabra y me siento un poco incómoda, pero no por lo que pasó en la cocina. Sino porque muy en el fondo eso me gustó. ¡¿Qué estás diciendo?! me riñe mi subconsciente y siento que se me pone la cara roja.

Borrando tu huella© [TERMINADA] #Wattys2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora