CAPÍTULO 50

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Estoy tan indefensa aquí con él, tengo que huir ahora mismo. Pero mis pies parecen estar pegados al suelo y no me permiten correr lejos de Evan. A unos dos pasos de distancia se detiene y me ve directo a los ojos. Y hay intensidad en ellos.

¡No caigas, carajo! – me grita mi subconsciente.

Agarrando valor de donde no lo tengo hablo.

–¿Qué quieres? – mi voz sale fuerte y no tiembla.

–Yo ...- balbucea por la sorpresa – necesito hablar contigo.

–No creo que tengamos algo de qué hablar – respondo segura.

–Pues yo creo que si – avanza los dos pasos y mi cuerpo responde alejándose.

–Debemos volver con los demás – digo pasándole de largo y respirando bien.

–No puedes solo huir – me agarra del brazo y me hace verlo.

–No estoy huyendo – está cerca ¡demasiado!

–Sí, lo haces – me jala hacia él – ¿Me tienes miedo?

–No seas ridículo – trato de zafarme – tu no me das ni risa.

Eso parece sorprenderlo porque abre los ojos, pero tan rápido como llega se va. Una sonrisa burlona aparece, esa sonrisa que dice Sí, como no. Estoy considerando gritar si se acerca más e intenta algo.

–No te causo ni risa – una risa carente de gracia deja su boca.

–Exactamente – digo levantando mi quijada – ahora suéltame que ya me voy.

–No – niega lentamente – tú te vas a quedar hasta que hablemos.

–¡¿De qué quieres hablar?! – exploto llena de coraje.

–No me grites – me suelto de su agarre.

–Entonces no me trates como si fueras mi dueño – escupo con rabia.

–¿No lo soy? – enarca una ceja.

–Por supuesto que no idiota – creo que mi fuerza de voluntad está llegando.

–Eso no es lo que demuestras cuando estoy cerca de ti – no me deja hablar – piensas que no sé cómo se te corta la respiración cuando estoy cerca de ti, o cómo tú corazón late sin parar. Jamila, he sido siempre yo. Nada nos alejará.

–Eres un maldito egoísta – siento mi rabia crecer más – ¿Cómo te atreves a decirme eso?

–Porque es la verdad – sonríe de esa manera que tantas veces me desarmó – tú no puedes olvidarme y no lo harás. Tú me quieres tanto o más que cuando estuvimos en el colegio. Por esa razón te volviste a entregar a mí aquel día.

–¿Sí? – una risa amarga se me escapa – ese fue un error querido amigo, y no va a volver a suceder.

–¿Estás segura? – me sujeta y trata de besarme.

–Muy segura – digo y lo empujo – te vas a mantener lejos de mí Evan.

–¿Estás con alguien? – pregunta al borde del coraje.

–Eso es algo que no te importa – me doy vuelta y bajo donde los demás.

Todos se callan y me ven extraños, siento coraje pasar por mi torrente sanguíneo. Agarro mis cosas y Evan aparece igual de alterado que yo. Los chicos pasan su vista de mí hacia él varias veces.

–Debo irme – todos me ven – me encantó estar con ustedes, tal vez más adelante podamos reunirnos.

–Quédate otro poco – me suplica Owen.

Borrando tu huella© [TERMINADA] #Wattys2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora