CAPÍTULO 36

48 9 8
                                    

Estoy con Evan en el pasillo sentados, ya que no decidí ir a ninguna de las dos habitaciones. Hemos estado llamando a los chicos, pero no contestan. Estoy con mi cabeza apoyada en su hombro, viendo las sombras de los árboles por la ventana.

La verdad, me dan miedo, siempre he sido así. Evan está jugando con los dedos de mi mano derecha, en más de una ocasión han pasado maestros histéricos pidiéndonos calma. Nos dicen que la luz volverá que no nos angustiemos, cuando los que se tienen que calmar son ellos.

Siento la necesidad de verlo, lucho con mi fuerza de voluntad para no levantar mi cabeza y verlo. Pero soy débil, mi fuerza de voluntad decae y lo miro. Está con el ceño fruncido observando mi mano, eso me hace reír por lo bajo. Evan siente mi mirada y fija la suya en la mía.

–¿Qué? – me pregunta.

–Nada – le digo con la garganta seca.

–Soy muy guapo o ¿Me parezco a alguien? – me dice con esa sonrisa bella.

–Ninguna de las dos – me hago la indiferente.

–¿Ah sí? – deja mi mano y sostiene un mechón de mi cabello.

–Ajá – le digo viendo como juega con mi cabello. La luz del pasillo se enciende y me pongo de pie.

–Vamos a buscar a los demás – me dice, pero se vuelve a ir la luz.

–Mierda – mascullo.

–Esa boca joven – me riñe riendo.

–Tú dices cosas peores – le acuso.

–Ok, ok. – estamos de pie y el vuelve agarrar un mechón de mi cabello.

Lo veo de nuevo, las sombras de las ramas de los árboles se dibujan en su rostro. Evan deja de jugar con mi cabello y me ve, nos sostenemos la mirada. De pronto el ambiente se vuelve diferente, le veo tragar y yo sólo me muerdo el interior de mi mejilla.

Él pasa su pulgar por mi labio inferior, y su toque me quema de una manera que no sé cómo explicarlo. No sé si fue él o si fui yo, o tal vez fuimos los dos, pero nos besamos. Un beso lento y suave, Evan me abrazó y yo coloqué mis manos en su pecho.

Me dio la vuelta y quedé entre él y la pared, y como era de esperarse el beso subió de temperatura. Nos separamos y unimos nuestras frentes, esta vez yo pasé mis dedos por su boca. Él sonrió y yo también, me dio un rápido beso en la comisura de mis labios y se separó un poco.

–Me traes loco – dijo en un susurro.

–Yo... – susurré – no estoy segura de esto.

–No te estoy presionando a nada – respondió.

–Lo sé – dije.

Recordé que una vez leí algo que decía: si algo ha de pasar, pasará. Así tú digas no. 

Por esa razón nos besamos de nuevo, sin saber muy bien cómo; llegamos a su habitación.

–¿Estás segura? – me preguntó al momento que se separó.

–Sí – le respondí.

–Jam, hace un momento me dijiste que no – me ve serio.

–Pero ahora sí lo estoy – respondí.

Desde allí las palabras sobraron, la ropa estorbó, las caricias llegaron. Me dejé guiar por Evan, me dejé llevar por lo que mi corazón estaba sintiendo. ¿Sentía miedo? Sí, pero él se encargó de hacerme sentir bien. Me hizo sentir bonita con cada caricia, como la mayoría de las mujeres tenía inseguridades con mi cuerpo. Mas él hizo que esas inseguridades se fueran y que me sintiera especial.

Borrando tu huella© [TERMINADA] #Wattys2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora