Capitulo 10.

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10.

En Arte Kathe Wills me miraba con una sonrisa burlesca, como si se estuviera riendo de mí por algo. Hoy lucía un escote corazón que hacía ver sus pechos más grandes. El cabello lo traía amarrado, vaqueros apretados y tacones de cinco centímetros. Ella no se veía mal. Y por eso me daba envidia. Aparté la vista de ella y miré a Sky.

—Mamá te ha invitado a que vayamos al Madsquoo a ver Tempestad. —farfullé enfadada, no era que me molestase la idea de que ella fuera. Sólo que me ponía furiosa envidiar tanto a Kathe y también me ponía furiosa el imbécil e indescifrable Justin Bieber. Mi amiga rubia hoy llevaba una coleta alta con el flequillo cayendo por sus ojos verdes y un ligero vestido amarillo que le convenía a la perfección.

—¿Hoy? —asentí desganada—. No te ves muy ansiosa por ello, me sorprende. Estás obnubilada por todas las obras de William Shakespeare. ¿O es que estás así porque iré yo? Porque si es así…

—No digas tonterías. —le interrumpí mirándole. Vi su ceño fruncido y sus ojos confusos haciendo que suspirara—. No es nada de eso.

—¿Entonces? ¿Por qué estás tan enojada? 

Yo no podía decirle que uno de los motivos era el Rey del Hielo porque ella comenzaría con sus charlas anti-Justin advirtiéndome que me mantuviera al margen de él, que era peligroso, que era mala influencia y un chico recóndito. Así que pensé en algo lógico que ella pudiera creerlo. Se me vino el episodio de la madrugada.

—El chico de Química, Ralph Lewis…

—¿El que siempre te está mirando como tu miras a Justin? —arqueó una ceja. Yo fruncí el ceño.

—¿Qué? Él no me mira, ¿Y a qué te refieres que cómo le miro? —me crucé de brazos.

—Me quedo callada porque no quiero hablar de él. Ya es suficiente con que todas de Well’s Greg lo hagan.

Suspiré mordiendo las puntas de mi cabello completamente nerviosa. La pregunta era ¿Por qué lo estaba? No tenía ningún motivo en lo absoluto, pero últimamente me estaba acostumbrando a ponerme nerviosa por todo. Seguramente mamá me estaba pegando sus crisis o es que Justin Bieber alteraba mi sistema nervioso.

—En fin, ¿Por qué estás así? ¿Qué te hizo? —acercó su silla más a la mía.

—Nada. Me ha invitado a salir hoy y le he rechazado porque tengo planes con mamá y contigo. Que por cierto, ¿Irás? —cambié de tema tajantemente. Sky me sonrió.

—Claro que sí. No me perdería el éxtasis que hay en tus ojos cuando ves algo que admiras. Es increíble. Eres muy transparente y eso llama la atención. 

¿Eso significaba algo? 

—¿A qué te refieres? —arrugué la nariz. 

—Me refiero al amor por tus libros, ¿A qué piensas que me refería? —Sabía que ella me estaba advirtiendo algo severamente con la mirada. Y suponía que también incumbía a Justin Bieber, pero ella no quería nombrarlo porque pensaba que sería una de todas esas chicas más del montón que hablan de él. Sky tenía una gran obsesión por querer destacar en la preparatoria por ser una chica desemejante y normal. Pero vamos, era mi amiga. La quería. 

—En nada. Bueno, supongo que a las siete y media debes de estar en mi casa vestida.

Me miré en el espejo, traía puesto un vestido de terciopelo. Color blanco angelical, unos zapatos bajos de dos centímetros de alto y un moño blanco adornando mi cabello caoba. Mamá estaba lista. Estaba preciosísima. Traía un vestido con vuelos color carmesí que estipulaba con el labial rojo que traía. 

Dark Sides - Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora