Capitulo 20.

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20.-

—¿¡Qué te sucedió?! —exclamé como si hubiese visto el mismo Fantasma. Una sonrisa de lado se curvó en la boca.

—Creo que haber querido sacarle celos al rey del hielo no fue una buena idea, Chloe. —se rió, pero yo me sorprendí.

—¿De qué estás hablando? —titubeé temiéndome lo peor, mi corazón comenzó a palpitar con fuerza. Casi saliéndose de mi pecho. 

—Pues luego de haber roto un casillero, también hubo un chico herido. —se rió y luego permaneció serio—. Antes de salir de clase, me lo encontré en los baños de hombres. Lo que te puedo contar es que luego de haber acabado así. —se apuntó la cara con desagrado—. Mi hermoso rostro acabó en el inodoro, y aún merodea la advertencia que me dejó ‘‘No vuelvas a hacerte al amiguito tierno de Chloe. ¡Ella es mía!’’ 

Yo estaba petrificada, inmóvil y con el pulso a mil. ¿Justin había golpeado a alguien... por mí? Vale, eso probablemente debería enfadarme, pero le encontraba un gesto tan encantador. Aunque al ver el rostro de Ralph no me lo pareció tanto, y luego una rabia tremenda se apoderó de mi cuerpo. ¿¡Pero qué se creía?! Exigiéndome como suya cuando me había roto el corazón, cuando me había humillado. 

—¿¡Pero nadie estaba en esos baños?! —exclamé a punto de perder el control. 

—Jó, de hecho, habían seis chicos dentro de los baños que eran amigos míos de práctica de Soccer, pero ninguno me defendió. 

—¿Por qué? 

—Querida Chloe, ¡Es el rey del hielo! Capaz los siete hubiésemos acabado como yo estoy ahora. 

—Ese imbécil de su... —apreté tanto mis puños que tenía los nudillos blancos, me los mordí para no decir blasfemias y me dirigí a zancadas a donde podría encontrarse. Lo busqué por los baños de hombres, y no estaba. En las gradas tampoco, en la biblioteca menos. Pero me lo encontré sentado bajo un árbol apunto de prender un cigarrillo. 

—¡No puedo creer que lo hayas hecho! —grité en un alarido. Justin quitó el cigarro de su boca con una sonrisa arrogante. Lo mantuvo en sus dedos sin prenderlo.

—¿Ahora qué te pasa lunática? ¿Me sigues nuevamente? 

—No te hagas el galante Justin Bieber. ¿Podrías explicarme porque Ralph está lleno de moretones? 

Él mantuvo esa expresión soberbia. Como si no le interesara en lo absoluto.

—Pues, no debió de meterse conmigo. 

—¡Él no te hizo nada estúpido! 

Él se levantó y caminó tres pasos hacia mí.

—¿Como que no? Estaba coqueteando contigo Chloe, nadie más puede hacerlo. Solo yo. Me perteneces aunque no quiera. Y aunque tú no quieras. 

—¿De... de que hablas? —vociferé al vivo color escarlata.

—Que me perteneces. Te entregaste a mí, me diste tu virginidad Chloe. Aunque no lo quieras estás en mi sangre y yo estoy en la tuya. ¿Encantador, verdad? —dijo irónico.

—¡Tú tienes la sangre de un renacuajo Justin Bieber! —escupí con hostilidad. 

—Y tú la de una perra, pero sin embargo no digo nada.

Le abofeteé y él me miró sin quitar esa sonrisa. Me habría esperado la misma reacción de Barry, pero fue distinta—. ¿Te exhorta la verdad, Chloe? ¿No asumes que eres tan perra como una prostituta? 

Ardí en rabia, cuando iba a volver a zurrarlo, Justin me detuvo sosteniendo mi mano. Continuamente me acorraló sobre el tallo de un árbol. Le miré con una expresión atónita, pero él mantuvo su sonrisa arrogante. 

Dark Sides - Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora