Capitulo 3.

92 4 0
                                    

3.

Era jueves, el día era completamente terrorífico. Las gotas de lluvias caían insaciablemente sobre el asfalto y el techo de la casa. Incluso aunque nuestro hogar fuera sólido era imposible no escuchar el ruido de las gotas cayendo con fuerza. Los relámpagos sonaban peor aún, el viento estaba empujando con fuerza las hojas de los empinados y los membrillos, estaba sorprendida de que no hubiera habido una tormenta. El cielo era grisáceo y las nubes estaban adheridas la una a la otra haciendo que ni si quiera un pedazo de cielo quedase al descubierto. Las luces de las calles estaban perdiendo su brillo y titubeaban como si algún cable electrónico fuese a salpicar. Estaba segura de que si cualquier pájaro se colocara en los cables quedarían como un pavo listo para hornear. 

Eran alrededor de las seis de la tarde y pareciera como si fuesen las dos de la madrugada. Mamá estaba en el sofá tronándose los dedos con preocupación.

—Dios Chloe, ¿Qué pasa si le ha ocurrido algo?

Ella hablaba de papá. Había salido hace más de dos horas en su coche para ver si no había ninguna persona en peligro o algún vagabundo votado por la calle pasando frío o exponiéndose a ser atacado por un relámpago. 

El trabajo de papá era mantener seguros a todos los inmigrantes a salvo. Era su deber como

el jefe oficial de la policía.

—No te preocupes, mamá. Él estará seguro. Es su trabajo proteger a todos. —me enorgullecía enormemente de él, puesto que siempre veía por todos los demás. No era individualista, él prefería proteger primero la vida de un completo extraño que la suya propia. Y eso era realmente preocupante. 

—¡Ya lo sé! Y lo odio. —ella dejó caer sus hombros y se encorvó—, Odio el hecho de que algún día a él le pueda ocurrir algo por ver la seguridad de los otros en vez de a él mismo. 

Seguramente le hubiera dicho que lo llamara pero era obvio que no había señal por ningún lado. Debido a que los relámpagos estaban comenzando a dar corte circuito por todo el barrio.

—Papá pronto estará acá, mamá. No te preocupes. —apoyé una mano en el cabello caoba de mi madre y lo acaricié, ella se relajó y entonces cerró los ojos—. Estás muy tensa, deberías ir a la clínica.

—O a un spa. —concedió conmigo.

—Probablemente. Pero enserio tienes que ir a verte, te puede dar una crisis de pánico en cualquier momento y tendrás eso que le sucedió al Señor Cole.

—¿Paraplejía?

—Eso.

—Cielo, eso es bastante melodramático. —se rió ligeramente pero sabía que aún estaba inquieta—. Dios espero que ahora mismo...

Antes de que pudiera seguir hablando papá ya estaba de regreso cubierto en agua y estaba tan sucio como si se hubiera revolcado en un charco de lodo. Se quitó el sombrero y la chaqueta y antes de avanzar a la alfombra azafrán se quitó los zapatos estropeados en barro. Mamá salió corriendo a sus brazos y lo besó por todos lados. Papá se rió al igual que yo.

—Tranquila amor. Solo fueron unas horas. Y te estoy ensuciando por completo. —mamá le dio un último beso en la boca antes de alejarse y verse manchada en lodo. Hizo un sonido con la boca, suponía que haría eso ya que ella era una snob. 

Papá carcajeó.

—Te lo dije. —se encogió de hombros inocente, mamá lo asesinó con la mirada pero volvió a besarlo. 

—No vuelvas a salir de aquí. No hasta que acaben los relámpagos y el viento. —se limpió la camiseta con una servilleta que reposaba en la mesa de centro. 

Dark Sides - Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora