Capitulo 23. Maratón 3/3

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23. 

El sábado por la madrugada, era incapaz de calmar mis ansias. Yo deseaba tener a Sam pronto en casa, pensaba que quizá nuevamente los niños del orfanato podrían estar diciéndole cosas monstruosas y malvadas que podrían herirlo. Cuando uno es pequeño, creemos en todo lo que nos dicen y los comentarios crueles están incrustados en tu mente por toda la vida. Yo aún sigo teniendo el autoestima bajo, por como siempre todos me trataban. Pensaba que era injusto que por el hecho de ser fea todos podrían tratarte como el ser más despreciable que hay en el planeta tierra. No era así. Todos éramos hermosos a nuestra manera, y me enfurecía que las personas adversarias dijeran lo contrario por culpa de su ignorancia. 

En fin, el jueves, cuando me había despertado, Justin no estaba a mi lado. Me molestó que no esté conmigo luego de haber hecho el amor pero, ¿Qué podría esperarme? ¿Una margarita con el desayuno en la cama? ¿Diciéndome cursilerías? 

Justin no era así. Y nunca lo sería. Apenas si me sonreía cuando estábamos juntos. La verdad es que me entristecía mucho. Me enfadaba conmigo misma, pues siempre me repetía incesantemente que protegería mi corazón. Sería a prueba de idiotas, pero entonces el perfecto rostro de el rey del hielo venía a desmoronar mis planes. Era imposible ignorarlo, imposible todo. 

Llevaba como tres días sin verlo y creía que nada tenía sentido. ¡Era estúpida! Pero así eran mis pensamientos de enfermizos y melancólicos. Estaba enamorada, y cuando uno estaba enamorada nada se podía hacer. 

Era como una enfermedad terminal. Era mucho mejor que reviviera el Apocalipsis. Me sentía triste que Justin luego de haber pasado la noche juntos no se haya atrevido a ir a visitarme a mi casa, o no lo sé. Lo extrañaba. 

«Tienes que recordarte a menudo que no puedes esperar nada de Justin. Recuerda que él es un chico anti-sentimientos»

Pasamos más allá de Webster y en unos quince minutos anunciaba un letrero que habíamos llegado a la ciudad de Fort Worth, donde se situaba el pequeño y carismático hogar. Todos nos bajamos ávidos del coche para llamar al timbre. La señora de la verruga apareció.

—¡Qué gusto veros nuevamente! —chilló haciéndonos pasar—. Sammy ha hecho sus pequeñas maletas, la verdad es que no es mucho porque hace poco que está aquí. Pero sin embargo, todos lo extrañaremos. 

«Sí, como no.» Hablé mentalmente irónica. Cuando me iba a sentar en el sofá, no pude por que algo, o mejor dicho ‘‘Alguien’’ me estaba abrazando las piernas con fuerza.

—¡Chloe, Chloe! —gritó Sammy sobre mis piernas. Me carcajeé mientras le tomaba en brazos. 

—Hola pequeño, ¿Cómo estás? 

—¡Bien! La señorita Lana me dijo que ustedes me adoptarían. ¿Es cierto que serán mis papis? —le dijo a mamá y a papá que estaban petrificados de la conmoción. A mamá se le llenaron los ojos de lágrimas como esa vez que presenció los premios de honores a papá por ser el más honrado. 

—Claro que sí cariño. Seremos tus nuevos papis. —ella buscó la mano de papá. Que la encontró enseguida.

—¿Y tu mi hermanita, Loe? 

—Sí, yo seré tu hermanita. 

—Sammy... ¿Puedes esperar un momento en tu habitación, cielito? —la voz de Lana era cariñosa, pero dentro de sus palabras había un tono muy autoritario. Él alzó la cabeza y se separó de mis piernas para asentir frenéticamente y marcharse. Me senté en el sofá—. Es un niño muy ansioso. 

—¡Está bien! Eso es increíble, es como el mismo gene mío y de Chloe, Louis. —le miró a papá emocionada. 

—Antes de llevarse al niño, tiene que firmar otros nuevos papeles que son del derecho hacia usted. Por si en algún caso la madre del niño desea recuperarlo, podría poner denuncias injustas hacia usted así que es mejor tomar precauciones y tener sus propios derechos como madre adoptiva. 

Dark Sides - Adaptada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora