Dark Sides - Adaptada.

Capitulo 14.

—Hay que volver a repetirlo sin duda. —decidí sonriente. Ralph me besó la mejilla.

—Lo prometo —Antes de darme la media vuelta él me llamó por mi nombre. Me volteé enseguida mientras le respondía un ''¿Sí?''—. Respecto a lo que te dije hoy... ¿Podrías mantener el secreto?

—¡Eso no se pregunta tío! Tu secreto está a salvo conmigo, promesa de Chloe. —me acuñé los labios con el dedo índice y el pulgar como sellando un pacto. Se rio antes de aparcar el auto.

—Por cierto, envíale saludos a tu madre y al jeque, y que me disculpe por traer a su linda hija a estas horas de la noche. No se volverá a repetir. —Prometió y antes de que pudiera contestarle Ralph estaba tomando una curva para salir del bosque. Sonreí inconscientemente mientras me volteaba para entrar a casa, era tardísimo. Como las diez, aproximadamente.

—¡Hola hola! —chillé entrando por mi casa, cerré la puerta detrás de mí. Nadie respondía. La casa estaba completamente en silencio. Un escalofrío atravesó mi cuerpo, era como esas películas de terror cuando la chica llegaba a su casa y se encontraba a todo sus familiares muertos. Vale, eso era teatral—. ¿Mamá? ¿Papá? —grité, sin embargo nada se escuchaba. Fui hacia su habitación y estaba vacía. Fruncí el ceño, ¡Esto era loquísimo! 

—¡Eh! Si me están esperando en la cocina con cara de reproche y para preguntarme por qué vengo a estas horas yo... —me quedé en silencio al ver una nota tirada en el edredón de mis padres.

«Fuimos a la inauguración del restaurante en la ciudad, te íbamos a avisar pero no llegaste. Estás castigada jovencita por llegar tan tarde y aun más por mantener tu teléfono apagado. No te pongas a llorar como un bebé si se corta la luz. Te amamos, tus padres.» 

¿Me dejaron sola? ¿En una casa en medio del bosque? ¡Demonios! Arrugué la nota y la lancé a la cama devuelta. Salí de su habitación y me dirigí a la mía para darme una buena ducha. 

Odiaba que me dejaran sola. Me daba miedo. Me hacia recordar a los dieciséis (Apenas nos habíamos transferido a Fort Worth) Se habían marchado de casa para ir a celebrar su aniversario diez en la playa de Blackdess. Ese día había habido un apagón y todo a mi alrededor estaba oscuro. Para más remate había habido una espantosa tormenta, y recordé que me la había pasado escondida bajo las sabanas por más de tres horas con la sábana hasta la raíz del cabello porque pensaba que Chuky se me aparecería. Bueno, en realidad estuve así hasta que había amanecido porque mis padres se hospedaron en un hotel porque no pensaban viajar con tormenta para no indisponerse a un accidente de tráfico. Yo estaba llorando, en esos instantes odiaba las tormentas. No como ahora, que se me hacían un poco ruidosas pero no malignas. 

Me quité toda la ropa quedando desnuda, enseguida mi piel se erizó debido al frío y me metí dentro de la ducha para abrigarme con el agua. Sentía más frío que Jack y Rose en el Titanic. Me quité todo el cloro del cuerpo tatareando ''Satisfaction'' me hacía recordar a mi libro favorito de Jamie McGuire. 

Apagué la ducha sacando una mano para alcanzar la toalla y me la enredé en el cuerpo. Cuando estaba por abrir la cortina, alguien más lo hizo por mí haciendo que me cayera del susto.

—¿Qué carajo? —de un momento a otro yo me encontraba tirada en la tina con la toalla casi resbalándose por mi cuerpo. Escuché una risa abismal y tosca. Alcé mi mirada tratando de ponerme de píe y arreglarme la toalla. Estaba muy desconcertada con todo esto—. ¡Justin! —chillé enfadada, aunque los latidos de mi corazón iban tan deprisa como un galopeo. Y no era por el susto contemporáneo. 

Él se dejó de reír y se quedó estático frente a mí.

—Cantas súper bien he, deberías estar en The Factor X.