Capítulo 42: La última decisión

502 33 10
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En voz de Leon

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

En voz de Leon

Las mujeres son hermosas y delicadas como los pétalos de una rosa, desde tiempos de antaño se ha dicho eso. Vaya tontería, al menos a mí me toco de entre todas esas rosas la más salvaje que lo único delicado que tiene es ese gran corazón, única e incomprendida por muchos a excepción de mí; aunque a veces no logré reaccionar a tiempo para impedir que haga locuras.

Génesis se fue, no puedo creer que ponga en peligro su vida para protegerme. Subiría de nuevo, no me importa que el ducto de ventilación este plagado de esos zombis, tan solo no quiero que mi mujer salga herida. Busqué algo que me sirviera y así poder subir, pero no encontré nada útil.

Estaba a nada de gritar de frustración cuando escuché el crujir del metal. Levanté mi vista y vi pasar a varios zombis con premura, ninguno se digno a mirar abajo; tan solo avanzaban para alcanzar a la madre de mi hijo.

Resignado, salí de aquel cuarto y me dirigí a la siguiente zona, por lo menos tenía tiempo de pensar en lo que había dicho momentos antes. Nunca le había hablado con tal descaro, por lo general le decía lo que pensaba con sutileza de tal manera de que no se diera cuenta de cómo la veo, pero ahora lo había dicho sin decorar la realidad. No me di cuenta de mis palabras hasta que la vi sonrojarse, tenía miedo de que lo tomará mal, pero cuando noté la picardía en su mirada me tranquilicé.

He notado que ahora con la dichosa regeneración, ella me habla con más confianza y yo puedo actuar con más seguridad sin temor a intimidarla. Somos aun más libres. Creo que después de todo, la edad si era una pequeña barrera entre nosotros, aunque lo neguemos.

—¡Eh cuñadito! —Giré sobre mi eje y vi como Jake se acercaba a mí con premura.

—Jake, ¿dónde están los demás? —inquiero una vez que llegó hasta quedar frente a mí.

—Nos separamos, nos tendieron una trampa —dijo recuperando el aliento.

—Entonces es cierto lo que escuché, hay un topo entre nosotros... Adam. —dije convencido, y enfurecido de no haberme dado cuenta antes.

Proyecto Génesis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora