Capítulo 8 - Cuerdas

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NATALIA

Salimos del metro con paso ligero, ya que queríamos aprovechar el poco sol que quedaba.

- Joder Julia, qué bien hueles - miré de reojo a Julia, que sacaba una sonrisita y encojió el cuello al mismo tiempo que Alba le olisqueaba.

- Ay, quita que me haces cosquillas

Algo se retorció en mi estómago y aparté la mirada rápidamente cuando Julia me miró.

-Natalia ¿cómo se llamaba tu compañera, Marta? - preguntó Julia tratando de integrarme en la conversación.

-Sí, Marta

-¡Ah! Esa es la chica con la que hablaste antes de irme a la ducha, ¿no? - Alba giró la cara con entusiasmo en los ojos.

-Mi compañera de piso, barra, hermana mayor, barra madre - Alba soltó su particular risa ronca por el comentario, centrando su atención en mi.

- ¡Oye, no te quejes! Que mucha gente daría lo que fuera por tener a alguien ahí encima, preocupándose y preguntándole por cosas como...qué tal el día.

-Sí, sí. Pero hay unos límites, Marta hace muchos años que pasó de largo.

-Alba, ¿te acuerdas de como estaba mi madre al principio, cuando nos vinimos a vivir al piso? Pues así - añadió Julia, haciendo referencia a la conversación que habíamos tenido mientras Alba estaba en la ducha.

-Madre mía... Oye, ¿y tú como sabes eso? - preguntó Alba arrugando la nariz - No, si al final vas a conocer a Natalia tú mejor que yo - farfulló gesticulando mucho con las manos.

-¡Anda, anda, exagerá! Si hemos hablado diez minutitos na más mientras tu te lavabas el chochete.

Las dos rompimos a reír mientras Julia sonreía y soltaba una risita segundos después.

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ALBA

-¡MAMARRACHAAAAAS! - gritó la Mari desde la esquina del parque.

-¡Pero bueno! ¿Y esos outfits tan fashions? - las saludé pronunciando un inglés andaluz muy marcado para hacer la coña.

-Mírala ella, qué mona va - comentó Julia toqueteando los flecos del bolso de África.

-¡Mariiii! - salté a los brazos de mi amiga como si no la hubiera visto en meses y ella me dio un buen abrazo, siguiéndome el rollo. Después me besó fuertemente en la mejilla y yo le devolví el beso.

-¿Cómo estás cariño mío? ¿Todo bien? - me preguntó al despegarse con una sonrisa pícara que reconocí al segundo, ya sabía por donde iban los tiros.

-Estupendamente, aquí a buscar solecico y buena compañía - respondí evitando dar detalles delante de los demás y dándole palmaditas en la espalda.

-¿Y has dormido b - interrumpí a la rubia antes de seguir con esa conversación- ¿Y Damion, África?

-Pues ha tenido que quedarse con la madre, que ha venido a pasar unos días y claro, no se conoce mucho. Y tampoco tiene a nadie más aquí, así que nada hija, pegadito a ella va a estar unos cuantos días.

Después de que todas nos saludáramos, incluida Natalia, que tímidamente había dado dos besos a mis amigas, nos acercamos a una tienda a por unas chuches y algo de beber antes de entrar al parque.

Cuando nos pusimos de acuerdo en el sitio donde plantaríamos el huevo, nos sentamos haciendo un círculo. A mi izquierda tenía a Julia y a África, y a mi derecha a Natalia y a María. Julia sacó la guitarra de la funda y comenzó a tocar, creando un hilo musical que nos sumergió en un ambiente increíble.

The Warmest Colour (Is Albalia Real?) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora