Capítulo 6 - Planes Improvisados

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¡Hemos llegado a 1K de visitas con sólo 5 capítulos muchas gracias! Últimamente no he tenido tiempo de retomar Mi luz eres tú pero prometo que seguiré con ella 💜

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ALBA

Pegué un bote, sobresaltada por Natalia, que se disculpaba con ojos de pena, arqueando las cejas y mordiéndose el labio. Uno de los auriculares había salido disparado.

-Ay Dios, qué susto -suspiré profundamente al ver que era ella.

-¿Te he despertado, verdad? Lo siento, es que...

-Estaba a punto - se llevó las manos al filo de la camiseta y empezó a arrugarla con los dedos -¿Qué pasa?

-Uhm... Es que no dejan de... hacer ruido -dijo girándose hacia la puerta y volviendo a mirarme.

Me quité el otro auricular y escuché con atención. Los gemidos de Julia habían superado a los de Carlos y el chirrido de la cama era constante. Me llevé la mano a la boca, con los ojos tan abiertos que Natalia soltó una pequeña risa.

-Ala...

-Se lo están pasando bien, ¿eh? - comentó ella sentándose a los pies de la cama.

-Y tanto, están procreando...

-Procreando no, están follando como animales -me corrigió con una risita, alternando entre mirar la puerta de Julia y mi cara.

Nos quedamos unos segundos en silencio, intentando adivinar cuánto tiempo más iban a seguir.

-Que acaben ya, por dios.

Natalia sonrió levemente y preguntó:
-¿Cierro?

Yo afirmé con la cabeza, llevándome una mano a la cara y mordiéndome ligeramente el labio.

-¿Te importa si...duermo aquí contigo? - Natalia era una chica decidida, pero hizo la pregunta con cierta timidez. Su voz era suave y su expresión no era la misma que tenía antes en el sofá de mi salón. -Es que está tarde me he quedado dormida en el salón y he tenido una pesadilla horrible...-se justificó con la mirada fija en sus dedos, que se retorcían con nerviosismo.

-Pues claro, yo dormiré en el salón -me levanté de la cama, decidida a irme - no te preocu-justo antes de terminar la frase me agarró la mano y dijo:

-Quédate.

Tenía una mirada tan triste que no tardé ni una milésima de segundo en volver a la cama. Me senté y Natalia retiró la mano dejando una caricia.

-¿Tienes miedo de que se vuelva a repetir?

-Estoy segura de que volveré a soñar lo mismo - soltó un profundo suspiro y coloqué mi mano en su pierna, acariciándola para que se relajara.

-Entonces me quedaré contigo.

Natalia sacó una media sonrisa y sus ojos brillaron.

Habíamos olvidado el tema de la habitación de al lado, y cuando nos metimos en la cama la casa se había quedado en silencio absoluto.

Me pegué a la pared todo lo posible para que ella tuviera algo más de sitio. Julia se había quedado con la cama de matrimonio y me había dejado la individual a mí. Algo que, matemáticamente, significaba la suma de dos cuerpos. No lograba entender por qué estaba tan nerviosa, pero la verdad era que intentaba engañarme a mí misma. Recordé los comentarios de María sobre la conversación con Natalia y cómo le salté a la defensiva. Me daba rabia darle la razón con estos temas porque me hacían sentir vulnerable, como si estar enamorada fuera una especie de enfermedad o algo así. Antes habría saltado con los ojos cerrados, pero todo cambió el año que me vine a Madrid. Desde aquel día me prometí centrarme en una única persona. En mí misma.
Después de un buen rato intentando justificar los nervios por tener a Natalia en mi cama, noté una presión en la pierna. Natalia se había girado y había colocado su pierna sobre la mía. Su respiración era profunda, lo que me indicó que estaba dormida. Aproveché para observarla sin sentirme intimidada por su mirada. Tenía restos de maquillaje en los párpados y los labios algo cortados por el frío. Por alguna razón me sentí tentada a humedecerlos, pero sólo de pensarlo se me retorció el estómago. Debajo del labio inferior tenía un lunar del que ya me había percatado. Era tan jodidamente sensual...
Volví a subir a sus párpados, como para asegurarme de que no los tuviera abiertos. Sus pestañas eran largas y rizadas, algunos restos del rimmel aún seguían en la parte más interna, pero el resto era tal cual al natural. Era una de esas personas por las que era fácil sentirse atraída. El maquillaje sólo servía para potenciar cada uno de sus rasgos. Me entraron tantas ganas de dibujarla que me propuse hacerlo si acababa todo lo que tenía atrasado de la universidad.

The Warmest Colour (Is Albalia Real?) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora