Capítulo 28 - Desafío

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Ya está aquí el smuuuuuut!
Disfrutadlo 🔥

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03:26

NATALIA

-Estoy sequísima, voy a pedirme una cocacola o algo. - Alba y yo nos abrimos paso hacia la barra, donde el resto está haciéndose fotos y riendo.

-¡Nataliaaaaaa! ¡No veh de tiempo locaaa! - Marta se me engancha nada más verme. Antes de poder recriminarle la borrachera a las más mayores, María me planta un chupito que se habían pasado de un lado a otro, ya que ninguna quería bebérselo.

-¡Pa' dentro! ¡Que tú eres del norte! - Me persuade la rubia con unas palmaditas.

-Buf esta mierda está malisima - arrugo la frente y la nariz con cara de asco alzando la bebida. - En serio no sé por qué me fío de ti Mari... Que te bebes hasta el agua de los charcos. Marta y María se ríen a carcajada limpia mientras África me enfoca con el móvil.

-Buah, es que sabe a puta mierda. - Repito haciendo el amago de terminarlo pero apartando el vasito al segundo.

Alba se acerca a mí, el movimiento de sus caderas me obliga a tragar saliva. Mierda, mierda, mierda. A cada paso que da se me acelera más el corazón. Pega su cuerpo al mío y se acerca a mi oído.

-¿Sabes qué es lo que puede ayudarte? - su voz ronca me dispara el ritmo cardíaco.

-Sorpréndeme. - La reto tratando de mostrar seguridad. Suelta una sonrisa aireada antes de responder.

-El sabor de mi coño en tu boca. - Se aparta despacio, echándome una mirada que partiría muelles, y dejándome una caricia en el muslo.

A TOMAR POR CULO.

La agarro de los brazos y la acerco de un tirón para comerle la boca. El sabor de su interior explota en mis papilas gustativas. Alba posa sus manos en mi cintura y las desliza hasta mi espalda, acariciando mis costados. Apenas puedo controlar el movimiento de mis manos, que van directas a su trasero. Siento mi cuerpo arder al notar lo prieto que lo tiene dentro de esa falda.

-¿Quién te ha dado permiso? - pregunta jugueteando al separarse.

-Me he cansado de portarme bien. - Ella se muerde el labio y conduce la mirada hasta los míos.
La reventaba aquí mismo.

-No me digas eso, Nat... - se relame los labios y se acaricia el pelo con más sensualidad de la habitual, colocándose unos mechones detrás de la oreja.

-¿Por qué? - vuelvo a pegar mi cuerpo con suavidad al suyo, colocando mis manos en sus caderas. Alba agacha momentáneamente la cabeza, cierra los ojos para coger aire y suelta un suspiro lleno de tensión, dejando su boca entreabierta. Alza la cabeza ligeramente, mirándome desde abajo. Vuelve a morderse el labio inferior, dejando las cejas ligeramente arqueadas en forma de "u" y colocando a la misma altura los niveles de ternura y sensualidad. Su inocente rostro desaparece al segundo y consigue atravesarme con sus enormes ojos color miel.
Me está volviendo loca. Acerca su boca a mi oído otra vez y siento un escalofrío al notar su aliento.

-Porque sino... voy a acabar follándote en el sofá ese de ahí.

Noto como el estómago se me sube hasta el cielo del paladar. Alba iba a por todas. Se me nubla la vista sólo de imaginarnos haciéndolo donde nos liamos por primera vez. Observo su expresión llena de maldad y deseo, como esperando a que de el paso.

¿Por qué me hace esto? ¿Por qué me obliga a hacer un pacto y luego me provoca de esta forma? No tenía sentido alguno. ¿Acaso lo había hecho contra su propia voluntad? Y entonces... ¿De qué servía que yo pusiera de mi parte, forzándome a controlar mis instintos más primarios? Ella no iba a poner resistencia, o al menos eso pensaba después de todos los tiritos que me había estado soltando a lo largo de la noche. Suelta una risita juguetona mordiéndose el labio y un mar de lava amenaza con desbordarse de mi bajo vientre. No sirve de nada, no sirve de nada... No sirve de nada si ella va a estar provocándome. No es sano aguantarse estas ganas.
La lucha entre instinto y conciencia termina con el primero como ganador.

The Warmest Colour (Is Albalia Real?) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora