Capítulo 30 - Marcas de "Amor"

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JULIA

-Bueno ¿y qué pasó? A ver, cuéntame con más detalles que yo me... - Las manos de Sabela aletearon exigentes. - Me entere bien de todo este embrollo.

-Ay Sabela... Si es que no sé por donde empezar, con la que me pillé me acuerdo de cosas sueltas y tengo un batiburrillo ahí...

-¡Pero bueno! - Sabela golpeó el volante y aprovechó el semáforo para lanzarme una miradita. - No te hagas la remolona conmigo... ¿Eh, Julita? - Me amenazó de forma cariñosa. Los altos niveles de comprensión y empatía junto a su formación la convertían en la persona idónea en la que confiar.

Expuse mis sentimientos sobre Carlos como si se tratara de una sesión de terapia. Sabela hacía las preguntas oportunas, sorprendiéndome con la eficacia para unir conceptos y formulando preguntas retóricas que hacían replantearme las respuestas.

-Por Dios, Sabela. ¿Cómo lo haces?

-¿El qué? - Sabela deslizó las manos sobre el volante con suavidad, dando una curva.

-Pueh. .. Pueh ehtho, darme respuestah pa' toh. Ehque yo alucino, vamoh...

-No sé, cariño. Debe ser algo innato. - Soltó una risita sin apartar la vista de la carretera. - ¡Toma, mira que sitio!

Acababa de quedarse un hueco libre delante de nosotras, así que Sabela aparcó y nos bajamos del coche en dirección a nuestro restaurante preferido.

-Ya mihmo noh pregunta el camarero que pa cuando la boda Sabela. - Ella soltó una carcajada. Siempre que conseguíamos sacar tiempo acabábamos ahí.

Una vez sentadas fue ella quien decidió reanudar la conversación. Era indudable que le reconfortaba ayudar a los demás. Se recolocó el pelo con ambas manos y dio un golpecito sobre la mesa.

-Entonces ¿sabes ya lo qué vas a hacer? - Niego con la cabeza apretando los labios.

-Vamos a ver, ¿tú le quieres? ¿eres feliz con él? - golpea la mesa con el dorso de las manos siguiendo las pausas de sus interrogaciones.

-Sí... Le quiero. Pero... No tanto como él a mí.

-Pero eso no importa Julita, cada persona es un mundo. No puedes exigirle que te quiera menos, ni él a ti que tu le quieras más. Tiene que ser algo... recíproco. - Hace balanza con las palmas hacia arriba mirándome a los ojos. - Yo creo que... os falta comunicación, expresar lo que sentís el uno por el otro, sino todo se hace bola y ¡pum! Explota. - Representa la explosión con un tembleque de manos, cerrando los ojos y arrugando la nariz. Un gesto que me hace mucha gracia y no puedo evitar reírme.

-Ay Sabela... - Me recompongo para poder responderle. - Si tieneh razón. Si ehque Alba me dijo máh o menoh lo mihmo. El problema é organizá to lo que tengo aquí... Revoloteando - Hago movimientos circulares con la mano alrededor del corazón.

-Vamos a ver, ¿por qué le das tantas vueltas? Piensa en las preguntas correctas. ¿Quieres estar con Carlos? Porque después de todo lo que me contaste... Lo que él quiere es una relación formal.

-Buf...No quiero una relación... Quiero disfrutá de la vida sin... - escarbo con la mano la palabra correcta -sin folloneo.

-Tú lo que quieres es folleteo...Que lo sé yo. - Sabela mueve las cejas y saca una sonrisa pícara.

Rompemos a reír y reanudamos la conversación en cuanto el camarero nos deja la carta y apunta las bebidas.

-Ay Sabela, ehque ya no é Alba. Ehque no dejo de pensá en la shavala ésta...

The Warmest Colour (Is Albalia Real?) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora