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este capítulo contiene maltrato físico contra Felix, puse un * para cuando empiece esa parte, por si no quieren leerla y tienen que saltearse.

Minho le contó todo a Felix, de pies a cabeza, de principio a fin. Sintió alivio al poder contarle todo al australiano, como un peso menos de encima, y era raro porque ni siquiera sentía eso con Jeongin.

Perdieron las siete horas de clase por estar en la azotea hablando, para conocerse cada vez más y ser buenos amigos o una buena compañía. Cuando el día terminó, Minho quiso acompañar a Felix hasta su casa, ignorando a sus amigos quienes hacían pregunta tras otra.

– Bueno, aquí es.– Dejaron de caminar una vez que estuvieron enfrente de la casa del pecoso, era bastante grande.

– Oh, bueno...– Minho se sintió algo triste por tener que dejar a Felix en su casa, quería hablar más con él y pasar más tiempo, solo por amistad.–... nos vemos, Lee Felix

– Nos vemos, Lee Minho– Se puso a la altura del mayor y le dió un beso en la mejilla, para pasar por el largo patio delantero y entrar a su casa, mientras por la ventana veía al pelinegro sonreír e irse algo atontado.

*

Siguió con su tonta sonrisa para separarse de la pequeña ventana que había a un costado de la puerta, para darse vuelta y ver a sus padres quienes estaban de brazos cruzados.

– ¿Ese es tu novio?– Preguntó la madre, agarrando fuertemente del brazo de su hijo que trataba de ir hasta la escalera para subir a su habitación.– Felix, cariño, ya lo hablamos. No vas a tener una pareja hasta que termines tus estudios, ni mucho menos un chico– Dijo lo último con asco– Vas a estudiar abogacía o administración de empresas, al terminar la carrera te harás cargo de nuestra empresa y...–

– ¡Basta!– Gritó el hijo de los Lee– No pienso estudiar lo que ustedes quieren y voy a salir con quien yo quiera, no van a prohibirme nada nunca más.– Se soltó del agarre de su madre y trató de subir a las escaleras por segunda vez, pero esta vez fue quien su padre lo paró.

– Vas a hacer lo que nosotros te digamos hasta el fin de tus días, Lee Felix.– El señor Lee lo golpeó en el ojo, seguido de otro golpe en el estómago.– ¿Vas a estudiar lo que tu madre y yo te digamos?

– No, no, no y no.– A pesar de todo, el pecoso tenía confianza, él podría aguantar cada dolor que sus propios padres le causaban.

– Déjamelo a mí, cariño– Su madre le tocó el hombro a su esposo y después agarró a su hijo para golpear con la palma de su mano el rostro de Felix repetidas veces.

Lo golpearon cientos de veces, en el pecho, la espalda, el rostro, las piernas, los brazos. Los golpes no paraban hasta que se aburrían.

– Que sea la última vez que levantes la voz, eres Lee Felix, no Lee Yongbok ni un marica, Lee Felix.– Su madre lo dejó en su la cama de su habitación y le dió un beso en la frente– Te quiero, hijo mío.

Eso no es querer, pensó Felix.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora