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Todos de la casa se sorprendieron por el rostro de Felix, no había rastro de peca alguna.

Claro que, se enojaron un poco por sus inseguridades, pero lo entendieron. Aún así, no dejaron de decirle cosas bonitas para que esté seguro de que sus pecas no son lo peor de él, sino que lo mejor.

Luego de que todos desayunen, querían ir a pasear a un parque, pero no lo hicieron ya que más de la mitad tenían deberes que hacer y tareas por terminar.

Felix, en su caso, tenía que regresar a su... hogar. No porque sus padres se preocuparan por él, claro que no. Sino porque debía agarrar dinero e ir al centro comercial, a una tienda de maquillaje donde trabaja su amiga, Haseul.

Se despidió de todos sus amigos, incluyendo a Minho, y se fue de la casa. Tomó un autobús hasta donde él vive y desde ya estaba pensando en dónde dejó su dinero que recaudó solo para comprarse lo que él quisiera.

A sus padres no les faltaba el dinero, les sobraba. No le daban ni un billete a Felix, pagaban su escuela, su ropa, su comida y nada más, nada de gastos extras. ¿Por qué tan economistas? El mayordomo, a quien llamaba "nana", era quien le daba el dinero que supuestamente era para las compras, solo porque le daban mucho dinero para un par de cosas sencillas, lo que sobraba le daba a Felix.

El australiano deseaba con toda su vida entera que sus padres no estén en casa, una vez que llegó, temió abrir la puerta. ¿Le dirán algo por sus pecas? ¿Su madre se enfadará? Ella solía decir que sus pecas están pequeñas constelaciones en su rostro, que le quedaban muy bonitas y lo hacían ver cada vez más tierno de lo normal. ¿Así era? Para Felix, claro que no.

Sin miedo y con la cabeza en alto, entró a su enorme mansión. Lo recibió el mayordomo con una hermosa sonrisa, él era demasiado joven como para ser un mayordomo, pero a sus padres le agradaban mucho, hasta lo trataban como su hijo.

– Hola, señor Lee– Hizo una reverencia.

– Jaemin, eres un mes mayor que yo, y no me trates con superioridad, por favor.– Le pidió con respeto, lo cual Na asintió.

– ¿Por qué se tapó las pecas?– Posó sus manos en sus caderas y lo miró con reprobación.

– No me gustan, sólo vine a buscar dinero para maquillaje.

– Cielo, no me gusta que malgastes, pero bueno, cuídate, voy a limpiar– Le dió un beso en la mejilla y fue a hacer sus deberes.

Al parecer los padres del australiano no estaban porque se fueron de viaje. Entró a su habitación y vio que todo estaba en su lugar, todo limpio y ordenado.

Sin dar más rodeos, agarró el dinero del cajón de la mesa de luz y se fue tan rápido como llegó.

-

Luego de varias horas caminando por el gran centro comercial, entró a una tienda donde creía que trabajaba su amiga. Una chica la atendió con mucha amabilidad, pero antes de preguntarle por Haseul, habló primero.

– Chico bonito, ¿qué buscas?– Se dió vuelta para señalar el enorme lugar llego de cremas, perfumes, labiales, bases, había de todo.

– Eh, ¿aquí trabaja Haseul?– Preguntó el rubio.

– Sí, pero hoy no vino. Puede atenderte otra persona, mi horario está por acabar y se ve que tu rostro necesita cuidados– Antes de que Felix pueda responderle, la chica ya salía corriendo hacia una parte de la tienda. Lo último que dijo le dolió mucho, ¿en serio su piel era tan fea?

Contó cuánto dinero tenía en el bolsillo mentalmente y era más que suficiente para comprarse todo tipo de maquillaje.

– Bien, hola, yo soy quién va a atenderte– Felix se dió vuelta al darse cuenta que le hablaban a él, esa voz ya le era conocida.– Ah, eres tú– Dijo con asco.

– Sí, yo tampoco me agrado a mí mismo– Respondió alzando sus hombros.

– ¿Qué quieres? ¿Mejorar ese rostro? Imposible– Comenzó a reírse escandalosamente, causando que Felix se sienta pequeño y quiera llorar.– ¿Vas a llorar? Por Dios, dime qué quieres y lárgate, nada va a servirte para ese escandaloso rostro.

Lee no soportó más y salió corriendo de ese lugar.

Para colmo, ¿quién estaba entrando a la tienda? Nadie más ni nadie menos que Lee Minho.

– ¿Pequeño?– Miró con detenimiento su rostro que estaba lleno de lágrimas– ¿Qué sucedió?

Sin responder salió corriendo del lugar y Minho vio la causa de por qué Felix lloraba.

– Han Jisung.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora