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Al día siguiente, Felix y Minho tenían clases. El mayor fue quien se despertó primero, minutos antes de que suene la alarma de las 7AM.

Se levantó sin tratar de hacer ruido o algún movimiento que despierte al australiano, quien dormía abrazando tiernamente a una almohada.

Fue hasta su baño privado para darse una ducha rápida y asearse. Salió del baño y vio que el menor estaba sentado mientras se tallaba los ojos, se veía muy chiquito y lindo.

– Hola, australiano pecoso, es hora de despertar.– Minho de sentó junto al menor y le acarició la cabeza, como si fuera un pequeño y tierno gatito.

– Mhm, hola Minho.– Se paró y fue hasta el baño, se aseó como pudo y volvió– Hyung, ¿puedo bañarme?– Cuando Minho asintió soltó un "gracias" y entró a la ducha, mientras el mayor le buscaba ropa para que se ponga.

– Pequeño, tienes ropa en la puerta.– Escuchó otro "gracias" y fue hasta la cocina para preparar un desayuno.

¿Qué comerá Felix en Australia? O incluso aquí.

Minho agarró un par de frutas y las cortó, agarró un par de naranjas y las exprimió para hacer jugo.

– Oh, and that?– Preguntó Felix mientras bajaba las escaleras y entraba a la cocina, Minho rió al escucharlo hablar inglés.

A breakfast– Trató de decir sin cometer un error en su pobre pronunciación.

– Tu inglés mejoró, hyung– Volvió al idioma natal de Minho.

Thank u sooooo much– Rieron a carcajadas juntos mientras de sentaron a desayunar en silencio.

Se levantaron y fueron hasta la casa del menor a buscar su mochila para ir al colegio juntos.

Una vez que Minho paró el auto frente a la casa, tocó la mano de Felix.

– Australiano pecoso, si necesitas ayuda me llamas inmediatamente, agarra tus cosas; un poco de ropa y vienes, nada más.– Al parecer Felix no entendió un par de cosas, pero aún así asintió y bajó del auto.

En esos momentos Minho paró a pensar en por qué ayudaba al menor, él era quien necesitaba ayuda. Aunque...

Minho estaba lastimado sentimentalmente por Jisung.

Felix estaba lastimado sentimental y físicamente por sus padres.

Eran cosas totalmente diferentes. Pero aún así se preguntaba por qué lo ayudaba, él seguro tenía amigos en la escuela, ¿verdad? Ellos podían ayudarlo, ya que Minho no debía hacerlo porque él también tenía problemas. Pero sentía un sentimiento de protección cuando veía a Felix.

Sus pensamientos se alejaron cuando el menor volvió al auto con sus cosas, dándole una sonrisa al mayor.

– ¿Tus padres estaban en casa?

– No, por suerte.

Se golpeó mentalmente cuando quedó hipnotizado por ver a Felix jugando con sus cortos dedos, le causaba demasiada ternura.

– Vamos a la escuela, es tarde.

– Ah sí, claro.– Dió un pequeño salto y comenzó a manejar hasta la escuela.

Sería un largo día.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora