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No puedo creer el daño que le cause a Minho, por culpa de eso, arruinó todo con Felix. Aunque claro que toda la culpa no fue suya, sino que la mía también.

Pensé en pedirle perdón varias veces, pero no sé cómo puedo hacerlo. No quiero que me golpee, ni que me grite o comience a odiarme. No podría vivir con eso la verdad.

Mandarle un mensaje de disculpa no era lo mejor, si lo invitaba a algún lado iba a rechazarme, no tenía muchas opciones.

Cuando envió el mensaje al grupo donde estamos los nueve, me alegré mucho porque lo veía tan deprimido y decaído, ese no era el Minho que todo el mundo conocía. Esa era mi oportunidad para hablar con él, ya que lo más importante entre dos personas es la comunicación.

Cuando eran las tres en punto de la tarde, estábamos los ocho, mirándonos a la cara y esperando a que Minho llegué, pero nunca lo hizo.

Jeongin se preocupó, él es como su siamés y siente cuando algo malo le pasa. Salió a caminar a los alrededores, nos quedamos esperando hasta que escuchamos un grito.

No era muy lejos, más o menos a una cuadra era de donde provino el grito, era Yang. Todos salimos corriendo en dirección hacia donde se fue y vimos un cuerpo tirado en el cordón de la calle y Jeongin llorando.

– ¡Llamen a emergencias!– gritó Chan. El único que supo reaccionar fue Woojin.

Noté que Minho era el que estaba en el piso, sin responder y con una gran pérdida de sangre.

Mi mundo se cayó.

No existía nada a mi alrededor, no sabía qué sentir en ese momento. Mi alma se fue de mi cuerpo.

– ¡Tienen demora!– Dijo el mayor de todos, quien llamó a la ambulancia.

Mi cerebro hizo un click y me acerqué, corrí a Chan y Jeongin que estaban llorando y tomé a Minho en brazos, tomé un pedazo de tela que tenía en mi bolsillo que usaba como pañuelo y lo puse en la herida para que no sangre más.

Corrí, corrí como si mi vida dependiera de ello. No podía perder a Minho en vida, era lo más importante para mí aunque no estemos juntos.

El hospital más cercano quedaba a cinco cuadras, nunca paré de correr. Escuché los gritos de mis amigos, pero no me importaba nada.

Pasé por la entrada de emergencias y mi voz no salía, las cuerdas vocales no funcionaron, estaba desesperado. Agradezco que una enfermera me haya visto y comience a gritar para pedir ayuda.

Lo sacaron de mis brazos y lo pusieron en una camilla. Quedé mudo y quieto, como si tuviese una parálisis de sueño, pero despierto.

Me acerqué a donde lo estaban llevando, pero unas enfermeras me pararon y me dijeron algo que no entendí. Mi respiración era entrecortada y sentí las lágrimas aproximándose a mis ojos.

Quería que salven a Minho.

Rain [MinLix] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora